Los amantes del picante disfrutan de las bondades del chile o pimiento, una pieza fundamental en culturas gastronómicas de todo el planeta; pero ¿qué hay detrás de la sensación de picor? Se trata de capsaicina, una sustancia que abre las puertas de la investigación por los potenciales beneficios vinculados a su consumo moderado.
¿Por qué produce picor? ¿De qué depende la tolerancia al picante? Jesús Rodríguez Huertas, director en Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada y Catedrático de Fisiología en la misma, nos acerca a la capsaicina, una sustancia química presente en los pimientos picantes.
El especialista explica que al tocar un chile no notamos nada porque los receptores del dolor, células especializadas en detectar el daño químico, no están en la superficie de las yemas de los dedos; sin embargo, si acto seguido tocamos una mucosa como los ojos o la lengua, percibiremos picor, el fruto de la exposición directa de la capsaicina con estos receptores.
Está claro que no todo el mundo soporta el picor por igual , esto sucede porque “los receptores al dolor son adaptables, se pueden ir habituando con el tiempo” señala Rodríguez, quien afirma que también depende de los receptores de la capsaicina que tenga cada uno.
En la variedad está el gusto, y cuando se trata de pimientos picantes hay dónde elegir. Algunos de los que contienen una dosis media-alta de capsaicina son los jalapeños, los habaneros o las guindillas.
El experto explica que todos los pimientos tienen capsaicina “incluso los que llamamos dulces pero la cantidad es tan baja que no estimula los receptores de dolor”.
Aplicaciones potenciales
Son muchos los usos y beneficios que asocian a los pimientos ricos en capsaicina. Entre ellos, su empleo como analgésico en patologías como psoriasis, artritis reumatoide o neuralgias. Rodríguez explica que la acción calmante de esta sustancia se debe a que “en dosis bajas y controladas actúa sobre los receptores del dolor y cambia el foco de atención engañando al sistema nervioso central”.
A esta sustancia química también se le atribuyen otras virtudes, desde poder anticancerígeno hasta su acción como adelgazante, pasando por cualidades de afrodisíaco.
El especialista señala que las investigaciones que han demostrado los beneficios de la capsaicina en el tratamiento de algunos cánceres como el de pulmón, son todos estudios en cultivos celulares.
Estos hallazgos apuntan que, selectivamente, la capsaicina es capaz de destruir muchas de las células cancerígenas sin alterar mucho las sanas. El mecanismo de acción es el siguiente: esta sustancia produce un estrés oxidativo muy fuerte en las mitocondrias de las células cancerígenas e induce lo que denomina “apoptosis” que es una muerte genéticamente programada y desaparecen.
El especialista afirma: “Estamos intentando hacer un proyecto de investigación para probar que la quimioterapia y la radioterapia serían más eficientes si a través de la dieta incrementamos la cantidad de capsaicina como coadyuvante, pero está una fase inicial”.
La acción adelgazante asociada a la capsaicina se basa en realidad en la quema de grasa derivada del incremento del estrés oxidativo citado anteriormente; éste siempre genera una serie de daños en células sanas que aunque son tolerables y no pueden inducir otras patologías, han de ser reparados y para lograrlo, las células invierten una cantidad de energía extra que requiere consumir más triglicéridos.
En cuanto al poder de la capsaicina como afrodisíaco, Rodríguez sostiene que aunque de forma empírica el efecto es muy fuerte en sujetos que están relativamente habituados a una ingesta media de la sustancia, no hay estudios científicos que lo demuestren.
Contraindicaciones
Al mismo tiempo, se está investigando la acción de la capsaicina en el incremento de incidencia en algunos tipos de cáncer del tubo digestivo, sobre todo de la parte media-superior.
Aunque parezca una paradoja, el especialista señala que “en el estómago se produce un gran contacto con la capsaicina y cuando las cantidades son elevadas y mantenidas en el tiempo actúan sobre los epitelios y pueden alterarlos en un porcentaje bajo que es preocupante”.
Recomendaciones
¿Cuánto podemos recomendar para lograr estos efectos? “ No lo sabemos, hay que tener en cuenta que cada población tiene un consumo de capsaicina distinto”, apunta Rodríguez. Según sus estimaciones, el consumo medio está en torno a 1 gramo de pimiento que contengan capsaicina por persona al día en Europa.
“Estamos realizando un estudio comparativo para ver cuál sería la dosis adecuada en Europa para lograr la reducción de triglicéridos y el tratamiento de algunos tipos de cáncer” pero advierte que faltan estudios para saber cuál es la cantidad máxima tolerable por sujetos.
“La única recomendación que podemos dar en este momento es llevarlo al rango de los 5 gramos porque es una cantidad tolerable”, concluye.