- mayo 10, 2013
Debutante absoluto como director, el destacado actor paraguayo estrenó su película “Lectura según Justino”.
Es su opera prima. Tras una larga y fecunda labor actoral, el natural de San Bernardino honró sus raíces con una película que retrata su infancia, un episodio trágico y un homenaje a su querida ciudad.
En esta nota para Ella, André habla sobre los pilares fundamentales de su vida, que están basados en la armonía familiar, así como el trágico hecho que marcara su infancia (la muerte de su padre, retratada en la película que dirige), que aceleró los pasos hacia la maduración.
Comenta que alguna vez quiso ser sacerdote y que nunca se le pasó por la mente ser político porque él, a diferencia de los profesionales de la política, “tiene mucho que hacer”.
A continuación, la nota con uno de los embajadores paraguayos.
¿Qué lugar ocupa la familia en tu vida?
El más importante. Yo no puedo existir, no puedo ser feliz, no puedo crear, no puedo trabajar si yo sé que mi familia está carente de algo. Ya sea de afecto, de alimentos, de techo, me he ocupado desde los 11 años para que no sucediera eso, que no tuvieran necesidades. Por eso rechazo y me duele ver que en la vereda de enfrente no están unidas, son egoístas, no se hablan, es algo que no puedo entender. No entiendo el odio, la venganza que puede haber, a veces.
Pero esa actitud, tal vez se deba a que asumiste las riendas de tu familia tan joven, pasaste de hermano a ser el patriarca. ¿Crees que te erigiste en esa figura desde la muerte de tu papá?
Sí. Provino de aquel momento cuando en mi familia hubo una ruptura. Al fallecer mi papá, empezamos a ser muy unidos, me propuse ayudar a mi familia, no les faltó absolutamente nada. Y no solo la familia sanguínea me refiero, sino también a la familia del trabajo. Me preocupé siempre del buen clima por solucionar algún que otro problema. Pero como dice nuestro papa Francisco, soy así.
Al hacer la referencia al papa, la pregunta que cabe es saber qué lugar ocupa la religión en tu vida?
Muy importante. Fui criado en el seno de una familia católica, como la mayoría de Paraguay, estuve en una época en que tuve mucho apoyo de parte de la Iglesia. Curiosamente no teníamos un cura en San Bernardino. Pero si a damas de Asunción, a una congregación religiosa argentina, que hasta hoy tiene su sede en Ciudadela, que cuando murió mi padre ayudaron dos hermanos, oblatos diocesanos. Nos apoyaron a mí y mi familia. Era un tiempo que pensé que iba a ser cura.
Te pasó por la cabeza ser cura?
Sí, pero tenía 11 años y en la película lo cuento.
Como ves al nuevo gobierno desde la distancia?
No conozco mucho de la política paraguaya, pero en la distancia lo que deseo es que haya una continuidad de lo bien que está Paraguay a nivel de los países latinoamericanos, que haya progreso. Hay una deuda muy grande todavía con la sociedad, como sucede en otros países, y es que hay una brecha muy grande entre aquel que tiene mucho y el que no tiene absolutamente nada. En lo que me concierne como actor, los gobernantes tienen que ocuparse de la cultura, de la sociedad, de los chicos pobres, de los que están en la calle. A cualquier hora de la noche, hay chicos pidiendo limosna eso no puede pasar inadvertido para un presidente y menos uno que aparece y que prometió lucha contra la pobreza o de erradicar la pobreza. Es necesario que el dinero se destine a la educación.
¿No se te ocurrió nunca meterte en política, siendo que sos una personalidad muy conocida?
No, yo tengo mucho que hacer.