- octubre 4, 2014
La trata de personas es una problemática arraigada en todos los ámbitos sociales de nuestro país. Las principales víctimas son mujeres, niñas, niños y adolescentes.
La explotación sexual de la niñez y la trata de personas están particularmente presentes en zonas fronterizas entre Paraguay, Brasil y Argentina, según informes de la Secretaria Nacional de la Niñez y la Adolescencia (SNNA).
El 58 por ciento de los casos tuvo como país de destino Argentina, Bolivia y España. El promedio de las denuncias oscila entre mujeres de 18 a 42 años, sin contar infantes y varones.
Las cifras son alarmantes y el daño ocasionado en las víctimas, irreparable, por lo que el Ministerio de la Mujer, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), lanzaron el «Manual para la reinserción de mujeres afectas por la trata de personas» y el documento de “Sistematización del Componente 3 de Reinserción”.
El proyecto busca a las mujeres víctimas de trata y ofrecerles una oportunidad para emprender, de tal manera a conseguir una reinserción sostenible y segura en la sociedad.
Para el manual, el Ministerio de la Mujer en conjunto con la OIM, asistió a 15 víctimas de este crimen, proveyendo atención técnica, recursos financieros como humanos.
“Están bajo constante tortura psicológica”
“Por la gravedad de la situación, está demás recalcar que las víctimas de abuso y trata de personas, están bajo constante tortura psicológica a través de las continuas amenazas recibidas por parte de los tratantes”, dijo Ana María Baiardi, ministra de la Mujer.
Durante la presentación del manual, se mencionó que en la mayoría de los casos, los victimarios son familiares o conocidos de las víctimas. Por su parte, Richard Velázquez de la OIM Paraguay explicó que «existen diversos factores que inciden para que mujeres adultas y adolescentes particularmente, sean reducidas a la esclavitud sexual”.
La trata de personas es una problemática “multicausal” en la que interactúan una serie de factores económicos, sociales, culturales, políticos y ambientales, lo que influyen y convierten en presas fáciles a las personas en situación de vulnerabilidad. Es un crimen que atenta contra los derechos humanos, especialmente contra la vida, la dignidad, la seguridad, la libertad e integridad de las personas.
«Las principales víctimas son mujeres con un bajo nivel de escolaridad. El factor incidente es que las mujeres son marginadas», indicó Velázquez. «Son objetivos fáciles para los reclutadores, que mediante falsas promesas, pasajes y documentos migratorios, consiguen captarlas, para su posterior explotación sexual en los países de destino principalmente Argentina y España», concluyó.