Este 31 de agosto se conmemoran 17 años de la muerte de la princesa Diana en un accidente automovilístico en el puente del Alma en París. En esta nota te mostramos los mejores momentos de la vida de la princesa que hasta ahora da de qué hablar.
Diana Frances Spencer nació el 1 julio de 1961 en la aldea británica de Sandringham, en Norfolk. Tenía tres hermanos. Era hija de padres divorciados. La mayor parte de su infancia y adolescencia paso al lado de su progenitor, quién se había ganado la custodia de Diana y su hermano menor.
Foto: © GtresOnline.
Sus estudios comenzó en el colegio Riddlesworth Hall de Norfolk. En 1974 se trasladaba al instituto West Health de Kent, donde se destacó por su talento para el piano y la danza. En 1977 vuelve a Suiza, donde estudiaría en el instituto Alpin Videmanette de Rougemont, el cual abandonó tan sólo un año más tarde para volver a Londres. Allí se instalaría en un piso cerca de Coleherne Court y trabajaría como niñera del hijo de un matrimonio americano, y posteriormente como tutora infantil en la escuela Young England del barrio de Pimlico.
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La web oficial de la Casa Real británica remonta la relación de Diana y el príncipe Carlos desde 1975, como vecinos de Sandringham y que cuyas familias se conocían desde varios años. Según fuentes oficiales es que que el príncipe comenzó meses antes a salir con Sarah, hermana de Diana. “Las supuestas presiones a las que el monarca estaba sometido por contraer matrimonio hizo que éste se fijara en ella, y el tradicional cortejo comenzó con una invitación a navegar por Cowes un fin de semana a bordo del legendario yate Britannia. En la fotografía, ambos viajaron hasta la residencia familiar de Balmoral en noviembre de 1980, dos meses antes de que se produjera finalmente el compromiso real”, dice Vogue.
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La reina Isabel tuvo que dar su consentimiento oficial a la pareja para que ésta estuviera autorizada a casarse, el 27 de marzo de 1981. Ésta fue la primera vez que la reina coincidió públicamente con la futura princesa. Lo curioso del consentimiento real que obedecía una ley británica de 1772 era el compendio de requisitos que implicaba: “el novio no podía ver a su futura esposa durante una temporada, lo que provocó que el príncipe Carlos se embarcara en un viaje por Australia, Venezuela y Estados Unidos” sin ver a Diana.
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Contraían matrimonio el 29 de julio de 1981 en la Catedral de San Paul, en Londres. Diana tenía 20 años, 12 menos que Carlos. Se estima que la transmisión del acontecimiento tuvo más de 1.000 millones de personas. La princesa escogió al diseñador David Emanuel.
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La ceremonia fue en Saint Paul y la recepción en Buckingham Palace. Con un total de 3.500 invitados. Dos millones de ciudadanos se agolparon en los alrededos de la iglesia. Diana llegó desde Clarence House en una carroza de cristal de 1910 para la coronación del rey Jorge V. La tiara que Diana lució fue un regalo original de boda de Sarah Spencer a Cynthia Spencer, Vizcondesa de Althorp abuela de Diana.
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El 21 de junio de 1982 nació el Príncipe Guillermo de Cambridge. 21 horas después, Carlos y Diana presentaban a su primogénito ante el público.
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La princesa se encargó personalmente de la educación de sus hijos. Eligió a las niñeras de su agrado. Llevaba a sus pequeños al colegio siempre que podía y se implicaba tanto como una madre más.
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La actitud de normalidad ante sus hijos fue muy criticada por la familia real. Pero el pueblo no solo lo vio con buenos ojos sino que les hizo apreciar aún más a Diana como la princesa.
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El 5 de octubre de 1984, la princesa posaba con su segundo hijo, el príncipe Harry, en el Palacio de Kensington.
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El 9 de agosto de 1987, el Príncipe Carlos y Diana de Gales pasaron unos días de vacaciones en la residencia de verano de la Familia Real Española, el Palacio de Marivent, Palma de Mallorca. El Príncipe Guillermo no se separaba del regazo de su madre. El pequeño Príncipe Harry con el Rey Juan Carlos.
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La Princesa de Gales con la Reina Sofía. Ambas compartieron animadas charlas y paseos por los alrededores del Palacio de Marivent. Diana con el Príncipe Harry en brazos lucía un sencillo vestido en amarillo pastel y la Reina Sofía un modelo similar en verde y blanco.
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En 1990, Diana acudía a un acto oficial en Gran Bretaña con un traje en blanco y azul con un sobrero a juego. Diana comenzaba a mostrar la clase y potencial que estaba oculto en una mujer que pronto se convertiría en uno de los iconos mundiales de estilo más emblemáticos de todos los tiempos.
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La Princesa Diana más tarde dio paso a una etapa llena de seguridad y amor por sí misma. En 1985, durante una recepción en Australia, los flashes captaron una elegancia innata que había enamorado a gran parte del pueblo británico. Su brillo personal llegó a eclipsar y los diamantes de la corona Spencer que lució durante el acto.
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La cena de Vanity Fair una noche de 1994 en Londres supuso el inicio de una nueva etapa para Diana por dos motivos: esa misma noche se confirmó la infidelidad del Príncipe Carlos y, en consecuencia, ella lució el famoso «vestido de la venganza» de Christina Stambolian. Así nació Lady Di y murió la Princesa Diana. Llegaron los diseños escotados, los bolsos de firmas internacionales, las fiestas y los amantes adinerados. Una nueva era comenzó.
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Tras su divorcio, Diana hizo de su faceta solidaria el centro de su vida. Participó en multitud de actos y colaboró con diferentes organismos humanitarios en favor de las personas más desfavorecidas. La gran influencia que ejercía en todo el mundo también se debía, en parte, a su imagen. Brillaba en todos los actos a los que acudía y era la protagonista de todas las alfombras rojas.
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La moda le aportó seguridad y Diana la utilizó como arma para controlar su vida. Los medios de comunicación se rendían ante su imagen impoluta y ella lo sabía.
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El fotógrafo de moda, Mario Testino, fue el último que retrató a Diana para una publicación de alta gama. En 1997, Testino puso música y bailó para conseguir imágenes en las que se reflejara una Princesa de Gales al natural. Busca mostrar la esencia de Diana. El trabajo que refleja a una mujer bondadosa, feliz y llena de alegría.
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Las prendas que lucía Diana eran objeto de imitación por parte de miles de mujeres de todos los rincones del mundo. Era una máquina de crear moda, tanto en ropa como en belleza, y generó grandes sumas de dinero a los fabricantes de los artículos que llevaba.
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Diana falleció a los 36 años. Reino Unido se sumió en un profundo duelo nacional. Le dio tiempo a hacer un intenso trabajo solidario y a cambiar la actitud de la realeza europea.
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