- agosto 19, 2014
Según expertos, si las dejás en el lugar húmedo, es decir el toilet son propensas a convertirse en el hogar perfecto para las bacterias.
Un estudio publicado en 1994 publicado en el Journal of Clinical Microbiology advierte que las esponjas vegetales pueden albergar y transmitir pseudomonas aeruginosa, una bacteria capaz de provocar enfermedades en animales informa un artículo de The Huffington Post.
¿Cómo?
Las esponjas vegetales de Luffa en principio son higiénicas», explica a The Huffington Post Esther Angert, profesora asociada en el departamento de microbiología de la Universidad de Cornell (Nueva York, EEUU). «Lo que afecta a su longevidad es su mantenimiento».
Un entorno húmedo sin mucha ventilación como muchas veces son la atmósfera de la ducha es la apropiada para el desarrollo de las bacterias explica la profesional. Las bacterias se alimentan de cualquier materia orgánica, como las células de la piel desechadas que se quedan en la esponja.
Cada vez que la esponja se humedece y no se seca correctamente, los organismos crecen más. Y así «extendés las bacterias que te habías quitado de encima la vez anterior», explica la dermatóloga Michele Green. «La esponja vegetal devuelve a tu cuerpo toda la suciedad de ayer».
En las condiciones adecuadas, esta bacteria puede dar lugar a algo más preocupante, como el Staphylococcus, capaz de producir numerosas infecciones. Aunque la piel es un órgano con mucha resiliencia y tiene la capacidad de protegernos de muchos gérmenes, los poros y las heridas abiertas o las costras son más vulnerables a las bacterias, aclara Angert. Si tenés cortes abiertos y sos «demasiado agresiva con la esponja» puede que dañes la barrera natural de tu piel, y que «estas partículas se conviertan en una herida», cuenta la doctora Jessica Krant, dermatóloga y fundadora de la clínica dermatológica neoyorquina Art of Dermatology LLC.
Cuatro consejos fundamentales para disminuir los riesgos:
- Dejá que se seque al sol. Sacá la esponja de ese ambiente húmedo. «Es imprescindible que fluya el aire en la ducha para que se seque completamente cada vez que la utilices», aconseja Krant. «Abrí la ventana dy las puertas de la ducha y planteate dejar la esponja húmeda fuera del baño para que le dé más el aire. Si querés ser extremadamente cuidadosa, lavá la esponja con jabón y dejá que se escurra después de haberte duchado y antes de ponerla a secar», recomienda.
- Reemplazala. «Si cambia de color o de olor, es el momento de comprar una nueva», comenta Angert.
- El microondas. Una buena limpieza es clave. «Cada día, se debería colgar la esponja fuera de la humedad de la ducha y, de vez en cuando, ponerla 20 segundos en el microondas cuando esté mojada, al igual que recomiendan para las esponjas sintéticas», explica Krant. Evita meter la esponja con algo que pueda fundirse o quemarse, y asegúrate de que esté completamente mojada. No metas en el microondas las esponjas de plástico.
- Reposarla en lavandina. Podés sumergirla en una disolución con un 5% de lavandina, aconseja Angert. Esto acabará con las bacterias, pero, la experta advierte que el proceso es bastante tedioso.
Por otro lado, Krant recomienda a sus pacientes no utilizar esponjas de Luffa ni materiales ásperos de exfoliación en la ducha. «El cuidado de la piel debe ser suave, no agresivo; la gente se lava en exceso, eliminando así los aceites naturales e hidratantes que evitan que la piel se seque y agriete», añade.