Slimane se consagra en Saint Laurent

  • Hedi Slimane parece haber encontrado su sitio en Saint Laurent y el mundo de la moda a un diseñador que triunfa con una fórmula única, como demostró hoy en la Semana de la Moda de París, donde también desfilaron Elie Saab y Amaya Arzuaga.

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    En esta colección para mujer de otoño-invierno, la sexta que Slimane diseña para Saint Laurent, el modisto desarrolló los clásicos abrigos de tejidos ingleses, como ya hizo en enero con la línea masculina, y los incorporó a referencias como el rock, los sesenta o el lejano oeste, donde vive.

    Los vestidos son cortos -mucho- y las minifaldas en trapecio suben por la cintura y descubren unas piernas de medias negras tupidas bajo unas botas de caña alta.

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    Las incrustaciones brillantes fueron numerosas pero no abusivas y destacaron sobre todo las de los resplandecientes zapatos bajos, con una tira abrochada con una hebilla, con una personalidad tan fuerte que servirían para recorrer el camino de baldosas amarillas que lleva al encuentro con el mago de Oz.

    Una capa roja con capucha dio vida a una Caperucita moderna, mientras que los lunares gigantes blancos sobre fondo negro conectaron con el mundo de la fantasía.

    Una alegría y frescura que el público asistente comentaba a la salida del desfile, que tuvo lugar en el Carreau du Temple, un antiguo mercado de abastos construido en el siglo XIX, en el que Slimane colocó unas aspas doradas que se levantaron a ambos lados de la pasarela.

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    El espectáculo contó con una gran representación del mundo de la moda y del espectáculo, desde los modistos Jean Paul Gaultier o Azzedine Alaia, hasta las actrices Catherine Deneuve o Isabelle Huppert, y los incondicionales Pierre Bergé, compañero de Yves Saint Laurent, y Anna Wintour, directora de Vogue.

    Slimane quiso darse un homenaje citándose a sí mismo. Fue con una nueva versión, esta vez con un lazo, del sombrero negro de ala ancha de su primera colección, una de las piezas que más éxito ha tenido desde su llegada a la casa.

    El libanés Elie Saab, maestro del encaje, la pedrería y las alfombras rojas, ha desarrollado en su prêt-à-porter para el próximo otoño-invierno una de las líneas que más destacaron en su última colección de Alta Costura: el degradado del negro hacia otro color.

    Este acierto le permite vislumbrar nuevos derroteros, y puede que que también nuevas ventas, a la vez que muestra que es capaz de renovar su estilo.

    El fundido fue principalmente de negro hacia los tonos rosáceos, al igual que en la Alta Costura, aunque también probó a dejar la oscuridad en el centro de la prenda e ir coloreando los extremos.

    Otra de sus innovaciones se orientó hacia sus habituales bordados de pedrería, que evolucionaron desde el palacio de la princesa hasta las noches de fiesta, ya que predominaron las cascadas de lentejuelas metalizadas que recubrieron los vestidos.

    El terciopelo se integró en el otoño-invierno de Saab, confeccionando modelos enteros o haciendo apariciones estelares sobre materiales fluidos.

    Incluso el encaje fue más rebelde que de costumbre. En negro, y combinado con rejilla, se hizo pasar por gótico.

    La diseñadora de Lerma (Burgos), Amaya Arzuaga, convocó a prensa e industria en una de las salas del Palacio de Tokio, uno de los lugares habituales del calendario de la Semana de la Moda de París.

    «Nos parecía el lugar idóneo», explicó a Efe Arzuaga, quien aseguró que había elegido este espacio, más grande y de decorado más sobrio que los habituales salones de la Embajada de España, porque la colección está «basada en el viaje al centro de la Tierra, por los materiales, las texturas y las formas».

    «La colección tiene mucho color, muchísimo brillo, que es algo bastante inédito en nuestras colecciones», declaró Arzuaga, quien fue la responsable de una erupción de dorados, lurex y tejidos iridiscentes.

    La única diseñadora española presente en el calendario parisiense esta temporada, dado que Loewe está ausente por encontrarse en un periodo de transición en la dirección creativa, desarrolló las tablas «en monocolor o bicolor» y las capas, además de continuar su trabajo con las extensiones de tela que, como alas o aletas envuelven la silueta. EFE

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