Ella está ligada a sus hijos, al rojo, blanco y azul que corre por sus venas, a su desarrollo. En muchas ocasiones se la relaciona con la galopera, es también esa trigueña representada con el cántaro en el folklore. Ella más que nadie está representada en tus antepasados, en tu abuela, en tu mamá, en tu tía, en vos misma. Me refiero a todas las mujeres de esta bendita tierra.
Para empezar a escribir tuve sentimientos encontrados. Es que febrero nos trajo dos contextos importantes pero a la vez reflexivos.
Por un lado el de repasar la historia que conlleva “El día de la mujer paraguaya” y por el otro, analizar una de las aristas más importantes del lado femenino; su seguridad. Es así que el Ministerio de la Mujer presentaba la “Primera Encuesta sobre Violencia Intrafamiliar basada en Genero” (con datos que nos dan piel de gallina).
Arrancaban los años 1867 y ellas se reunieron para marcar la historia y dejar con pasos firmes una preservación del idioma, la convicción y la sapiencia del Paraguay después de la guerra del 70. En aquel entonces a diferencia de nuestros días lo más preciado eran sus joyas, no importaba nada con el único objeto de ayudar a la causa que mantenía la financiación del estado. Este gesto conquistó el nombre de “Las Residentas”.
Fue mucho más que donar joyas, fue acompañar a los hombres codo a codo y en situaciones hasta solas bajo una única hazaña, defender la patria. Un 24 de febrero de 1974 comenzaba esta recordación cargada de amor, patriotismo y heroísmo.
Mientras el Ministerio de la Mujer prepara los festejos por esta fecha historia, también nos dice: que las mujeres sufrieron violencia física tres veces más que los hombres.
Vos quizás estás viendo una película, leyendo un libro o disfrutando de tu familia. En ese mismo instante: una de cada cinco personas están siendo golpeadas.
Pero la violencia no solo se traduce a golpes, moretones y marcas, ya que nueve de cada diez personas sufrieron violencia psicológica, pero lo alarmante es que nunca lo denunciaron.
En lo que va de este año, siete mujeres son las víctimas de feminicidio en nuestro país. El silencio las acompaña en su peregrinar con el sufrimiento. En el 40 por ciento de los casos sus agresores fueron “impulsados” por el alcohol u otra sustancia adictiva.
Inspiremos a estas mujeres con el ejemplo de las Residentas, y tomemos como base la “valentía”. No van a tener que defender la patria pero si lo más sagrado que tienen; su vida, su seguridad y su futuro. Por todas aquellas que te mencione al inicio de este artículo, por vos y así también por las próximas generaciones para no volver a celebrar una fecha tan maravillosa con estadísticas que sangran de dolor.