El pueblo de Fuente Palmera (Córdoba) tiene su propio desfile de novias, en la calle, bajo los acordes de dos orquestas ubicadas en la plaza principal, vestida con una larga alfombra rosa, por la que desfilan las novias que luego se concentran en la tienda de Higar Novias
Lleva casi 25 años dedicado a las novias, pionero en la “moda pronta”, no solo ha creado marca sino que ha hecho de su pueblo, Fuente Palmera (Córdoba), un referente en el mercado nupcial nacional. Sin estudios de diseño, ni idea de telas, José Luis Hidalgo, pasó de panadero a empresario textil con Higar Novias.
Él tahonero y ella (su mujer), funcionaria. Neófitos en el universo de las bodas, sin fines de semana ni festivos, dedicaron cuerpos y almas a montar un negocio que tenía más de pálpito que de análisis de mercado.
“Hacíamos los paquetes con los vestidos que se fabricaban durante la semana el domingo por la noche, cuando acostábamos a los críos. Yo a empaquetar y a etiquetar y ella -su esposa- a remallar”, explica a Efe Estilo, con orgullo, este emprendedor de los años 80 que comenzó confeccionando trajes de fiesta para mujer hasta llegar a especializarse en moda nupcial.
Una empresa, Higar Novias, en la que “nadie sabía nada”, todos los empleados entraron de aprendices manejando tejidos comprados en saldos, que bien construidos han conseguido hitos como llegar a vender “en un día” 67 vestidos de novia.
“Había una tienda en Sevilla que liquidaba, -recuerda Hidalgo- así que me fui para allá y encontré abrigos y vestidos de ‘georgette’ y compré todo, llené el coche durante varios fines de semana y lo vendía a todo”.
El éxito del producto llevó a Hidalgo a progresar un paso más: “compré una furgoneta y la alquilé a unos chicos que vendían los vestidos por otros lugares, en otras tiendas, era lo que se llamaba ‘pronto moda’”.
Corría mayo de 1980 y José Luis, sentía “alegría” pero también “miedo de la responsabilidad”. Vivían sin prisa pero sin pausa. “No cerrábamos al mediodía y entre mi mujer y yo organizábamos un sistema de números” para las ventas porque las colas de clientes eran constantes y hasta objeto de noticia.
“Hasta antes de la crisis había colas, la gente del pueblo pensaba que delante de la tienda había un duelo, de la cantidad de personas que estaban esperando”, cuenta este precursor con ese gracejo andaluz.
Días en los que en Higar Novias se han llegado a probar 2.500 vestidos, cerca de 90 novias. Cifras que se comprenden cuando se arriman a otras: “Más de 100 empleados en 2.000 metros cuadrados de tienda, con 27 probadores, 29 plantas naturales y dos patios”.
Higar Novias, que hoy “da a dos calles”, tuvo otro impulso importante en su peculiar historia: la mecanización del patronaje, que llegó, como casi todo, de la visión astuta y valiente de Hidalgo.
Un visionario
“En el año 82, cuando llevaba dos años haciendo ropa, viendo la televisión, vi una máquina que hacía patrones en una feria de Barcelona y me fui para allá y me quedé varias horas mirando cómo funcionaba”.
Jose Luis Hidalgo sabía “un poco” de patrones, no le pareció “difícil” el manejo, ni le amedrentó el precio: 10 millones de las antiguas pesetas que, además, incluía “quince días de entrenamiento”, pero él exigió un mes completo, “porque en los pueblos no sabíamos de esto”; y demandó, además, la entrega inmediata de la máquina por lo que tuvieron que desmontar el propio aparato del muestrario.
Ya en Fuente Palmera, el artilugio sorprendía a propios y extraños pero, sobre todo, a la patronista, ….jubilada este año, que negaba la evidencia y no se creía las veleidades del sistema: “Al ordenador le metíamos una talla 36 y le pedíamos escala hasta la 40 y era inmediato y sin errores”, cuenta Hidalgo, reproduciendo el rostro de asombro de aquel momento, quien apostilla: “Era una gran patronista pero no le cabía en la cabeza que los patrones ya estaban hechos”.
Higar Novias ha sido de las primeras empresas españolas en introducir el diseño de ropa por ordenador pero hoy, consciente de su “know how”, mantiene uno de sus grandes valores, el montaje de los vestidos y sus adaptaciones totalmente a mano. “Todo diseñado y fabricado en España”, remarca el fundador.
6 tiendas de novias para 6.000 habitantes
El mayor fabricante de vestidos de novia y fiesta en Andalucía y el único en Fuente Palmera, ha contribuido a la modernización de su pueblo y lejos de preocuparse por la competencia, promueve la especialización. “Hay seis tiendas de novias cuando somos 6.000 habitantes”, explica.
Una oferta única en el territorio nacional que tiene su propio desfile de novias, en la calle, bajo los acordes de dos orquestas ubicadas en la plaza principal, vestida con una larga alfombra rosa, por la que desfilan las novias que luego se concentran en la tienda de Higar Novias, siempre en el mes de octubre.
Su éxito tiene un efecto dominó que alcanza a otras empresas relacionadas con el sector: catering, joyería, calzado, bisutería, estudios de fotografía o agencias de viajes han nacido en Fuente Palmera a la buena sombra de Higar Novias.
Desde hace dos años la firma cordobesa, que saca dos colecciones anuales de novias, exporta a unos veinte países, el 15 por ciento de sus ventas globales provienen de la internacionalización (Francia, Italia, Grecia, Turquía, Miami, México, Panamá pero, sobre todo, Polonia y países árabes. Su próximo objetivo son los mercados de Moscú, Venezuela y Brasil.
La clave de su gloria responde a la combinación de las tres “b”: bueno, bonito y barato, conjugada con un trato cercano y afable, como el que desprende el “alma mater” de la firma. EFE