Las mascotas tienen una forma particular de comunicarse con sus dueños, que normalmente entendemos todo lo que nos quieren transmitir, especialmente los perros, que lo hacen a través de la cola u otras formas muy particulares que tiene el mejor amigo del hombre.
La revista digital ideal.es, publicó un aparato capaz de traducir los pensamientos del perro al lenguaje humano. Aunque son listos y además saben hacerse entender, muchas veces los dueños necesitan un intérprete que aclare qué realmente le pasa a la mascota.
Si mueven la cola y saltan al vernos, o ladran al sonar el timbre de la puerta, está claro por qué esa actitud, pero, ¿qué sucede en otras circunstancias?
Supuestamente el aparato “No More Woof” es un casco que monitorea y traduce los pensamientos del perro para que el dueño pueda atender sus necesidades de forma acertada. El aparato fue creado por un equipo de investigadores escandinavos de la Nordic Society for Invention and Discovery.
Es un dispositivo similar a un casco o diadema que se ubica en la cabeza del can y que monitorea su actividad cerebral, traduciendo estos pensamientos al lenguaje humano” dicen los creadores. Ademas es un lector de ondas, un altavoz y un pequeño computar que funciona con un software adaptado.
Los investigadores, que buscan financiación, han desarrollado una versión prototipo que cuesta 65 dólares y que sólo puede traducir “pensamientos como curiosidad, hambre o cansancio”, dicen los creadores en su web.
El perro piensa, el computador recibe las ondas y traduce y el altavoz emite el mensaje traducido, de momento el traductor sólo existe en la versión perro-inglés, pero los diseñadores pretenden sacar pronto una ampliación para español y chino mandarín.
El aparato ha sido descrito como un “pequeño aparato que utiliza la última tecnología en microinformática para analizar los patrones de pensamiento de los animales y ponerlos de manifiesto en el lenguaje humano utilizando un altavoz”, describieron los científicos.
De momento el traductor no interpreta nada que no se sepa observando con interés a un perro, la alegría y el cansancio que son muy evidentes, aunque sí ofrece alguna traducción más como “tengo hambre”.
Los creadores también han determinado una intensa actividad cerebral cuando el animal ve una cara nueva que se traslada al lenguaje humano como “tengo curiosidad, ¿quién es ese?”.
¿Que te parece el nuevo invento?