- diciembre 3, 2013
(EFE).- El vestido, descrito por esa casa especializada en telas, antigüedades o moda «vintage» como un atuendo de «cuento de hadas», fue adquirido por un museo de fuera del Reino Unido, informó Kerry Taylor.
La casa de subastas había estimado que esta pieza del amplio vestidor de la princesa de Gales encontraría comprador por una cantidad entre las 50.000 y las 80.000 libras (entre 81.941 y 131.106 dólares).
Se trataba de una de las prendas de gala preferidas de la exesposa de Carlos de Inglaterra, muerta trágicamente en un accidente de tráfico en París en 1997.
La pieza subastada es un diseño de los modistos David y Elizabeth Emanuel, creadores de su traje de novia y marca habitual en el ropero de lady Di.
El vestido lleva incrustadas lentejuelas doradas, cristales y abalorios de perlas, y fue diseñado junto con una diadema, mangas opcionales y una combinación a juego.
La primera vez que Diana se quedó prendada del vestido fue durante la celebración de un espectáculo de moda con fines benéficos organizado por la Cruz Roja durante el verano de 1986.
Entonces, en lugar de encargar a los diseñadores que le confeccionaran uno idéntico a su medida, la princesa no tuvo problemas en adquirir el vestido exhibido durante ese acto, de la talla británica «10» (equivalente a una 38 en España).
Según la casa de subastas, que organizó hoy una puja que llevaba por nombre «Pasión por la moda», el traje «le sentaba a la perfección».
Lady Di lo luciría en varias ocasiones, en las que lo combinaba generalmente con una tiara de diamantes en lugar de optar por la diadema a juego que lo acompañaba.
Entre ellas figuró un banquete celebrado en la residencia del embajador de Alemania en Londres en julio de 1986 y durante una interpretación de «Iván el Terrible», a cargo del Ballet Bolshoi, en la Royal Opera House ese mismo mes en la capital británica.
Casi un año más tarde, la madre de los príncipes Guillermo y Enrique de Inglaterra volvió a ponérselo para acudir al estreno de la película de la saga del detective secreto James Bond «The Living Daylights», protagonizada por Timothy Dalton, en la londinense Leicester Square en junio de 1987.
La diseñadora Elizabeth Emanuel dijo que, debido a su decoración opulenta y a sus colores dorados y blanco del vestido, la pieza era propensa a despertar amor u odio y que, en el caso de Diana, recordaba que a la princesa de Gales le «encantó».