- septiembre 19, 2019
A todos en mayor o menor medida nos gusta sentirnos enamorados, apasionados, en esa sensación de bienestar que también incluye a la sexualidad.
Sabemos que esto en distintas etapas de nuestra vida con el tiempo va cambiando pasando por distintos estados diferentes, por eso es súper importante tener presente que es un derecho al disfrute y que no tiene límite ni fecha de caducidad ya que para vivir a pleno no hay edad.
MITO: Las personas después de los 60 años pierden el interés en seguir explorando de su sexualidad
REALIDAD: Independiente a que se viva o no en pareja, este tema dependerá básicamente del estado de salud físico y emocional como también la relación con su pareja.
A cualquier edad y especialmente en ésta, el sexo siempre debe involucrar sólo penetración, al contrario, se deben in sumando más caricias, intimidad emocional, compañía y autoerotización.
MITO: Las relaciones sexuales a pueden volverse dañinas
REALIDAD: Muchos estudios indican que la práctica sexual ayuda a mantener la salud y la vitalidad porque tiene muchísimos beneficios para nuestras vidas pues favorece el aumento de las defensas, ayuda al aumento del autoestima y al sentimiento de felicidad y conexión del vínculo con la pareja.
MITO: Las personas maduras no tienen orgasmos
REALIDAD: Si bien hay cambios fisiológicos en el cuerpo como por ejemplo, la presión sanguínea se debilita y la sensibilidad de los órganos sexuales disminuye, el orgasmo se puede conseguir y suele ser igual o más placentero que durante la juventud; sólo se necesita mayor estimulación para aumentar las ganas. Es vital el juego previo, jugando con el ambiente, materiales eróticos y todo lo que ayude a incrementar el deseo, la excitación y orgasmo.
El aprendizaje sexual se da a lo largo toda la vida y es personal e intransferible, no hay que adoptar ningún rol social a ninguna edad, por algo nuestro cuerpo funciona de cierta manera y las zonas erógenas, con tantas sensibilidades, están en nosotros, solo es cuestión de permisos, además de igual forma puede haber felicidad sin sexo, sin que esto sea una limitante.
¡Es momento de prohibirnos menos y vivir más, intensamente!