Ser una mujer sofisticada va más allá del precio que pagues por una prenda o de la exclusividad de sus diseños. La sofisticación es un estilo, una manera de vivir, una forma de pensar.
La ropa debe acompañar la vida de quien las usa. Sí, a medida que vamos “madurando” creciendo personal y profesionalmente (si bien no dejamos de ser como somos) nuestro estilo, nuestros gustos siguen parecidos, nos sentimos en la necesidad de querer refinar nuestra imagen.
Lo bueno es que es posible, si aprendemos a utilizar los accesorios adecuados, que den ese toque sofisticado sin la necesidad de comprar.
A continuación te dejo algunos truquitos:
Estilizar la figura: dejar las partes más finas de nuestro cuerpo al descubierto generan la sensación de una figura más estilizada, y una figura así siempre parece más elegante. (Esta teoría va para cuello, pulso y tobillo).
La misma idea va para el torso: cuanto más estilizada se vea nuestra figura más sofisticada se ve toda nuestra apariencia, el secreto está en crear looks que tengan características parecidas (todo claro, o todo oscuro) o armando conjuntos en los mismos colores o de la misma gama.
3 colores por look: si la mayor parte de un look está compuesto por colores neutros con puntos de color en accesorios por ejemplo, (pequeñas dosis) el mensaje de una imagen refinada va a ser todavía más eficaz.
Al hablar de accesorios es importante subrayar que: accesorios brillosos solamente en pequeñas proporciones, recordemos siempre menos es más.
Ropas con caída: para parecer sofisticada no debemos parecer apretadas, incómodas, ya que en vez de parecer sensual podemos parecer poco femeninas, basta con llevar prendas que definan la silueta, y seguir las formas sin la necesidad de pegarse por la piel.