- enero 18, 2016
La actriz, directora y productora mexicana Salma Hayek calificó de «melodrama hollywoodiense» la polémica sobre la entrevista que hizo el actor estadounidense Sean Penn al narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán mientras estaba prófugo y opinó que el debate no resuelve los problemas de fondo de ambos países.
Por Raúl Cortés
En una entrevista con un reducido grupo de medios de comunicación, entre ellos Efe, tras la presentación en México de la película de animación «El Profeta», que ella produce, Hayek admitió que no ha dedicado tiempo a pensar en el tema ni ha leído la famosa entrevista.
Sin embargo, afirmó que con la controversia en torno a la revelación del encuentro secreto del actor y Guzmán «no sabe uno si es que Estados Unidos está poniendo en bajo (estigmatizando) a México o si México sabía dónde estaba siempre y ahora que sale esto agarran» al capo y «le están echando la culpa» a Penn.
Además, opinó que «el resultado (de la entrevista) no es importante», pues «no resuelve ninguno de los problemas cruciales».
«Crea un foco de atención a un melodrama hollywoodiense que no nos avanza en los pasos que hay que tomar para resolver los problemas de ninguno de los dos lados», sentenció.
A Salma, de 49 años y cuyo nombre de origen árabe está asociado al concepto de «paz» o «calma», le interesan más «otras cosas», como por ejemplo «quién está comprando el petróleo de Siria, que está tomado por ISIS (el Estado Islámico), y que está fregando (perjudicando) al precio del petróleo mexicano».
«¿Por qué ningún país está haciendo un boicot a los países que están comprando ese petróleo?», planteó.
Sobre «El Profeta», basada en el libro homónimo de 1923 del poeta y filósofo libanés Khalil Gibran, Hayek explicó que tenía ganas de hacer algún proyecto sobre «la esencia del ser humano».
«Aunque él es un escritor árabe, es un libro de filosofía que ha unido a todas las religiones» porque «habla sobre las cosas simples que nos unen a todos».
Su acercamiento a la obra tiene que ver con sus orígenes libaneses y con su abuelo, que lo tenía guardado en la mesita de noche y al que la actriz de niña se sentía «muy cercana».
Su abuelo murió cuando Salma tenía seis años y el episodio fue «muy fuerte» para la actriz, que cuando leyó la obra por primera vez, «a los 18 o 19 años», sintió como si su abuelo le hablara.
Según Hayek, la cinta «está diseñada como una experiencia cinematográfica distinta», para que el espectador tenga «un momento íntimo» consigo mismo.
«Estoy tratando de confundirte para que dejes de pensar y estés presente y por un momento seas libre» a través de la «música», la «poesía», y las «ideas», pero «no te estoy dictando lo que tienes que pensar», esgrimió.
La intérprete de «Desperado» (1995), «Wild Wild West» (1999) y «Frida» (2002), con la que obtuvo una nominación al Óscar, dijo que en «El Profeta» trató de que hubiera «artistas» de «diferentes religiones, diferentes edades, diferentes países».
«No queremos que esta película tenga un punto de vista, sino que motive a la gente a encontrar su propio punto de vista», agregó.
En el largometraje, el recién liberado prisionero político y artista Mustafa emprende un viaje a su hogar, acompañado por la traviesa niña Almitra y su madre, Kamila. Juntos deben evadir a las autoridades, que temen que las palabras de Mustafa inciten una rebelión.
Hayek, que presta la voz a Kamila en la versión en inglés, la recomendó a «niños y adultos», aunque su «sueño» es que la vean «los jóvenes, sobre todo los adolescentes».
«No tienen modos de estimulación que los provoque profundamente» en «un momento en el que tienes muchas preguntas sobre la vida» y son blanco del mensaje de que «si no eres banal y superficial no vas a ser popular».
Confesó que no logró venderla en algunos países, como Inglaterra, donde argumentaron que «a los niños no les gusta la poesía y a los jóvenes no les gusta la filosofía».
«Cuidado, porque ustedes piensan que a los adolescentes no les gusta la filosofía y por eso se los está llevando ISIS, porque están en busca de una filosofía», advirtió en tono combativo.
Por último dijo que la historia no es una reflexión sobre los problemas de Oriente Medio, como algunos podrían pensar, sino sobre los conflictos en general en todos los países, incluido México.
«¿Cuántos periodistas han matado en México?», preguntó a los reporteros que participaron en la entrevista.
«¿Crees que esta película habla sobre el Medio Oriente? ¿Cuántas mujeres crían a sus hijos solas, a veces con el marido allí en la casa? ¿Cuántos niños de México tienen problemas de comunicación con los padres? ¿Cuantos niños de México tienen problemas de bullying?», añadió.
En el mundo «estamos todos igual de mal», aunque «una pata cojea más aquí, otra pata cojea más allá», concluyó reflexiva. EFE