Dos kilos de media puede engordar una persona durante la Navidad, unas fiestas donde se multiplican las citas gastronómicas, se incrementa el consumo de alcohol y se deja de lado la actividad deportiva. Seguir al pie de la letra estas diez sugerencias puede evitar sorpresas.
“La clave para la Navidad es plantearse que hay muchos más días de normalidad que de fiesta. Por eso debemos llevar una alimentación diaria equilibrada y, en los días de celebración, moderar y controlar lo que comemos”, aconseja Roberto Cabo, nutricionista por la Universidad Alfonso X el Sabio; experto en nutrición, dietética y dietoterapia por la Universidad de Navarra y licenciado en Farmacia por la Universidad de Salamanca.
Estas son las diez armas para no sumar kilos de más:
Moderar las raciones: Grasas y azúcar adquieren un protagonismo especial en los manjares navideños que, además de ser más energéticos, solemos consumirlos en mayor proporción. Por esa razón, la primera medida que propone el nutricionista es disfrutarlo pero con raciones más pequeñas. “Si se trata de una comida de picoteo hay que intentar, mentalmente, acotar lo que vas a comer y lo que vas a dejar. Es mas sencillo si tenemos una visión real de la ingesta, saber lo que comemos porque a veces no nos damos ni cuenta”.
Alimentos recomendados: Como primer plato y para acompañar a los platos principales de carne o pescado es más recomendable las verduras y hortalizas que otros alimentos más energéticos.
Limitar la ingesta de alcohol: Aperitivo, comida y copa. Tres momentos para consumir alcohol y mezclar tipos diferentes. Los de alta graduación como el wiski o la ginebra aportan calorías y ningún tipo de nutriente, a diferencia del vino o la cerveza.
Alcohol y Navidad
Reducir o evitar el pan: Aunque el pan es un hidrato de carbono que debe estar presente en nuestra dieta diaria, en el caso de las excesivas comidas navideñas podemos reducirlo e incluso no comerlo y así evitar sumar más calorías, sobre todo si hay tentadoras salsas.
Cuidado con el postre: Lo mejor es tomar un postre refrescante a base de frutas, pero si el dulce se impone es mejor tomarlo con moderación. “El dulce es un alimento pobre nutricionalmente y debe consumirse puntualmente”, apunta Roberto Cabo, director de la clínica Alea de Salamanca.
¿Dieta previa? Comer menos antes y dejarse llevar después. Un error, según el nutricionista. “Vas predispuesto a pasarte y, además, es más lo que creemos que hemos comido de menos que lo que realmente hacemos. Hay que comer muy poco para compensar los excesos de la Navidad. Para no ir con la predisposición de pasarnos lo mejor es alimentarse bien y que la comida extra afecte en el momento.
Compensar los excesos: No sirven las restricciones previas pero tampoco las posteriores. Dejar de cenar después de una comilona no es la solución. Una cena equilibrada, ligera, a base de verduras con pescado a la plancha, por ejemplo, es mejor que irse a la cama con el estómago vacío. Pero cuidado con cenar leche y cereales que puede ser demasiado energético para la noche y con tomar varias frutas y yogur, también suman calorías.
Sueño: Los ciclos del sueño están relacionados con el hambre y la saciedad y cuando se alteran condicionan nuestra conducta. Mantener un horario regular, a pesar de las celebraciones, es importante. “Cuando dormimos menos estamos más ansiosos y con tendencia a comer alimentos mas energéticos y menos saludables”.
Ejercicio: Las personas que son constantes en la actividad física también tienden a ser más estrictos con la dieta y controlan mejor los excesos. Aunque sean días festivos, siempre hay tiempo para caminar más de 30 minutos. Ese ejercicio ayuda a aligerar la ingesta y a quemar calorías.
¿Y después de las fiestas? No es momento de probar dietas que prometen bajar de peso de forma rápida pero descontrolada. “Hay que volver a la dieta equilibrada, comiendo alimentos de todos los grupos todos los días. “Si queremos quitar kilos y empezamos una dieta hay que adelgazar pero comiendo hidratos de carbono, grasas y proteínas”.