- mayo 24, 2015
Más de 700 mujeres tunecinas han sido reclutadas por el grupo yihadista Estado Islámico y combaten en Siria e Irak bajo su bandera, reveló hoy la presidenta del Centro Internacional tunecino de Estudios Estratégicos (CIES), Badra Galul.
En una rueda de prensa, Galul subrayó, asimismo, que 105 tunecinas más están actualmente en prisión en su país por delitos vinculados al yihadismo, y que las fuerzas de seguridad han impedido que otras 1.200 pudieran abandonar el territorio para sumarse a las filas del autoproclamado califa Abu Bakr al Baghdadi.
La experta, que cerró este viernes un foro titulado «El papel de las mujeres en las organizaciones terroristas», explicó que las tunecinas que están bajo la tutela del EI «se dedican a tareas como la yihad al nikah (yihad del sexo), a la medicina y enfermería, a la educación y a labores de coordinación entre terroristas».
Fuentes médicas confirmaron a Efe que, hasta la fecha, se tiene constancia del regreso de más de medio centenar de tunecinas que se habían unido al EI en Irak y Siria y que volvieron a casa embarazadas tras haber participado en esa «yihad sexual».
Las autoridades sanitarias tunecinas se hacen cargo de esos bebés cuando nacen y cuidan de ellos en un centro de acogida infantil en la capital, ya que las familias de las jóvenes no suelen aceptarlas cuando vuelven con niños.
El Estado tunecino considera, además, que esta es la vía más efectiva para reinsertar a estas jóvenes en la sociedad y evitar que conviertan a sus hijos en futuros combatientes.
Hasta ahora se había informado de que Túnez, con más de 3.000 voluntarios, es el principal exportador de yihadistas a la filas del EI, tanto en Siria e Irak como en Libia, país este último donde ocupan cargos de responsabilidad.
Cerca de un centenar de esos hombres retornados están ahora en prisión mientras que otros más están sujetos a un sistema de control administrativo por parte del Ministerio de Interior, que les obliga a presentarse de manera regular en comisarias o juzgados.
El resto se cree que se han refugiado en las montañas de Chambi, en la región de Kasserine, una conflictiva zona limítrofe con Argelia que se ha convertido en lugar de encuentro y entrenamiento de yihadistas procedentes de todos los países del Sahel. EFE