Todos las prefieren rubias

  • La polémica sobre la ausencia de modelos de color u otras modelos étnicas en las portadas de las grandes revistas y también en las pasarelas, continúa siendo un asunto de crítica en torno a las revistas de belleza y a los diseñadores de moda.

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    Han tenido que pasar doce largos año, desde la edición de la portada de Vogue UK de 2002, en la que aparecía una joven Noemi Campell en blusa blanca y pantalones vaqueros, para que la publicación inglesa de Febrero 2015, haya decidido presentar una portada en solitario con Jourdan Dunn, la modelo de color más cotizada en la actualidad y una de los rostros de la marca Burberrys.

    Incluso con la globalización de las tendencias, y aún con el hecho de que la moda se está convirtiendo en un producto multicultural, la mayoría de las revistas de belleza y estilo continúan apostando por portadas de mujeres de raza caucásica -rubias y pelirrojas de ojos claros o castañas de tez rosada- para presentar la imagen de la belleza.

    Jourdan Dunn, portada de Vogue UK febrero de 2015

    Jourdan Dunn, portada de Vogue UK febrero de 2015

    La belleza, en razas

    En los últimos años, editores de revistas y diseñadores se han enfrentado por tal motivo, a acusaciones de racismo y xenofobia, ante las cuales solo se han escuchado medias respuestas o discretos comentarios. En estos tiempos de lo políticamente correcto pocos se atreven a decir en público que: una portada de revista con una modelo de color, vende menos.

    Sin embargo resultaría más honesto hacer públicas las investigaciones de mercado, que estas compañías realizan para validar lo que el público desea de verdad ver en la portada de una revista de belleza o de moda.

    ¿Vende el color?

    A nadie le cabe la menor duda de que los ejecutivos de estos medios están contratados para vender y su actividad está sujeta a un bono anual por desempeño con un exigente objetivo comercial. Dicho esto, si el paradigma de la belleza para la gran mayoría de los que compran no es una modelo de color, no se puede sacar de donde no hay.

    Naomi Campbell, portada de Vogue UK.

    Naomi Campbell, portada de Vogue UK.

    Es de llamar la atención que Vogue China lanzada en 2005 y con doce ediciones al año, mantenga solo una media de 4 ó 5 publicaciones anuales con modelos chinas o de origen asiático, pero resulta aún más sorprendente, que Vogue Japón inagurada en 1999, solamente haya tenido siete portadas con modelos japonesas en dieciséis años de existencia.

    Rubias, el valor refugio

    No solo los occidentales las prefieren rubias, sino que en más de medio mundo la referencia de lo bello es Giselle Bündchen o Kate Moss, que suman la friolera de 127 y 107 portadas, respectivamente, en todos los Vogue a nivel mundial.

    En la era de la concienciación ciudadana y de la defensa de los derechos humanos para las minorías: gays, lesbianas, mujeres solteras, emigrantes y desplazados, estos datos son impactantes. ¿Por qué las modelos de corte occidental se llevan la palma, en todas las portadas? ¿Qué ve una consumidora china, de la era post – Mao Tse-Tung, en una modelo occidental al estilo Kate Moss, que no tenga la fabulosa Liu Wen?

    Por mucho que algunos quieran hacer del asunto una reivindicación socio-política y anti-xenófoba, argumentando que esto es el resultado del imperialismo opresor de occidente, que busca conquistar el mundo con su reglas y valores, se equivocan.

    Cualquier consumidor de belleza y estilo en el mundo quiere “el sueño”; el personaje ideal de los cuentos; la Caperucita Roja, rubia y de ojos claros; la adolescente de tez blanca y cabellos dorados reina del baile del colegio; la rubia y elegante dama de la alta sociedad o la ejecutiva de éxito de las películas americanas y europeas.

    El primer mundo

    Para descontento de muchos, el sueño del glamour y del lujo todavía tiene la tez blanca y el pelo dorado por el sol de los más afortunados, y esa la aplastante realidad.

    Un prototipo de belleza y estilo originado (sin finalidades secretas) en la parte más rica y culturalmente más poderosa (idealizada probablemente) del planeta, que ha calado durante décadas en el imaginario de millones de habitantes menos afortunados y continúa ahí. Por eso todos las prefieren rubias.EFE

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