Los teléfonos móviles se usarán cada vez más como «dispositivos médicos» y permitirán a los pacientes gestionar su propia salud, pronosticó el médico, emprendedor e inventor Daniel Kraft, quien dirige el departamento de Medicina y Neurociencia de la Universidad Singularity (California).
«La tendencia más interesante en el campo de la salud es la convergencia de los dispositivos móviles con información que empodera a los pacientes», dijo en entrevista con Efe Kraft, quien cursó estudios de medicina en las universidades de Stanford y Harvard y posee varias patentes en el área inmunológica e investigación con células madre.
Kraft afirmó que dispositivos móviles permiten ya medir el nivel de azúcar en la sangre, las horas de sueño o el ritmo cardíaco.
Explicó que se trata de una tendencia todavía incipiente que seguirá evolucionando y hará posible combinar dispositivos móviles, con sensores y análisis de datos para convertir al usuario en «el dueño de su propia salud, en el consejero delegado de su salud«.
El investigador asegura que el avance tecnológico permitirá cada vez más a los individuos «auto-cuantificarse», o lo que es lo mismo, medir cosas como el número de pasos diarios, el estado de la diabetes o la dieta.
Los doctores del futuro, pronostica Kraft, «prescribirán apps a sus pacientes», que les ayuden a perder peso, dejar de fumar, gestionar sus medicinas o medir la presión sanguínea.
«En unos años, cada fármaco vendrá con una aplicación y habrá un app para cada enfermedad», explicó el médico de la Universidad Singularity.
El experto prevé que se replique, en el campo de la salud, el caso de Uber, el gigante del vehículo compartido, que conecta a pasajeros en ciudades de todo el mundo con conductores de vehículos registrados en su servicio a través de una aplicación móvil.
«Uber ha simplificado los pagos que se cargan directamente a la tarjeta del cliente y permite a los clientes evaluar fácilmente a los conductores», recordó Kraft, quien subrayó que Uber se ha convertido en solo cinco años en una empresa valorada en 40.000 millones de dólares.
«Lo que ocurre en el área de la salud es lo contrario de Uber. Es difícil conseguir una cita, tenemos que esperar en el teléfono, uno no sabe cuándo van a llegar los análisis de sangre y no hay una forma eficiente de evaluar a tu doctor», destacó Kraft.
«El sector de la salud está lleno de misterios e ineficiencias», destacó el inventor de MarrowMiner, un dispositivo aprobado por las autoridades estadounidenses para la extracción mínimamente invasiva de médula ósea.
Kraft confía en que la aceleración tecnológica en marcha haga posible evolucionar de un sistema diseñado para tratar enfermedades, en muchos casos en estado avanzado, a otro que las detecta en su estado inicial y frena su avance.
«Ahora mismo nos dedicamos a esperar a que ocurra la enfermedad pero empieza a haber ya herramientas que permiten predecir quién desarrollará enfermedades como el mal de Alzheimer en función de sus genes» y tratar a esos pacientes para impedir que la condición avance, explicó Kraft.
«Me gustaría que en lugar de detectar tumores en fase tres pudiésemos pasar a una medicina de fase cero, en la que se detectan los problemas antes de que sean realmente evidentes», dijo.
El experto cree también que las impresoras 3D tienen grandes posibilidades y augura que en unos años podremos ver cómo esos aparatos producen estructuras que operan en forma de órganos.
«Podremos tener estructuras tridimensionales que funcionan de forma similar a la de un órgano», dijo Kraft, quien cree que el órgano más fácil de replicar será probablemente el hígado.
El médico, inventor, emprendedor y tecnólogo destacó, para finalizar, que la medicina del futuro permitirá la participación de muchos actores distintos, desde expertos en estadística hasta programadores.
«Todos podemos contribuir a crear un sistema médico más inteligente estemos donde estemos», concluyó. EFE