- noviembre 29, 2014
Algunas mujeres no están acostumbradas a realizar ningún tipo deportes. En la nota te contamos una excelente forma que podés incluir en tu día a día para ejercitar tu cuerpo aún si no amas el gimnasio.
«Con el frenesí del año que empieza te propusiste de que de este año no pasa. Vas a hacer deporte. Incluso, te vas a apuntar a un gimnasio», dice la sección de Moda de la web El País.
Cada enero miles de ciudadanos de todo el mundo se hacen el firme propósito de afanarse a la vida sana, declararle la guerra al colesterol y hacer algo de ejercicio. Pero en realidad, son pocos los que continúan. ¿Cómo comenzar si nunca siquiera pisaste un gimnasio?.
Sugerencias:
1. Mejor, poco a poco: es importante empezar con una rutina de ejercicios de a poquito. Si se comienza con un entrenamiento muy fuerte es capaz que se abandone enseguida el plan de poner en forma el cuerpo.
Se debe buscar un esquema flexible que permita adaptar el deporte a la vida sin descoyuntarse en los primeros meses. Las sesiones frenéticas como las de media hora de duración se ejercitan los músculos, pero casi sin dejarlo recuperar.
2. Comprensión: el entrenador debe enseñarte paulatinamente a usar tu faja abdominal, insistirte en la importancia de fortalecer esa zona y, sobre todo, animarte mientras sudas la gota gorda. El entrenador debe ejercer un 60 por ciento de psicólogo y el resto, de entrenador. Si tu cuerpo ya estás golpeado debes parar e ir a tu casa. Esto no significa abandonar el entrenamiento, es solo para luego no odiar el deporte.
Debes ver poco a poco tus progresos, de se introduzca la actividad física en tu vida como algo agradable, no como un suplicio. Es importante cuidarse de las excusas, ya que siempre hay una buena para no ir al gimnasio: «que estás cansado», «que no tenés tiempo porque hay que hacer la compra», » limpiar la casa», «hacer un informe»… Recordá que una sesión no es más que una hora. Es cuestión de organizarse y sacar tiempo.
3. Entrenar según tu ciclo menstrual: por mucho que entrenes, hay días en los que el cuerpo se empeña en no rendir.
4. Sudar, sudar.. y luego ¡a divertirse!: hacer algo de deporte al aire libre y luego celebrarlo levantando unas cervezas.
5. Hacerlo en grupo: estar en compañía de amigos es una sugerencia que alivia y hace el milagro de olvidar el paso por el gimnasio si es nuevo en esto. Además, es más difícil lo de encontrar excusas. Pero se debe tener cuidado con la actividad que se planea después. Cuidado con las hamburguesas o croquetas cada vez que sales de clase.