«No me siento como una estrella, sino como una actriz»

  • «No me siento como una estrella, sino como una actriz». Así de rotunda se muestra Jessica Chastain (Sacramento, California, EE.UU., 1977) pese a que atesora dos nominaciones a los Óscar y es una de las actrices del momento, con títulos por estrenar como «The Disappearance of Eleanor Rigby: Them» o «Interstellar».

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    En «The Disappearance of Eleanor Rigby: Them», que se estrena mañana en España y el día 10 en Estados Unidos, está dirigida por Ned Benson, un cómplice, un amigo al que conoció en un Festival de Cine de Malibú, en Los Ángeles, cuando ambos tenían solo 25 años, explica a Efe la actriz tras la presentación de la película en la sección Una Cierta Mirada del último Festival de Cannes.

    Ella era una recién titulada como actriz gracias a una beca otorgada por el actor Robin Williams, había ganado su entrada para la muestra de cine en una rifa y aprovechó para engullir todas las cintas que pudo. También los cortometrajes, como el que proyectaba Benson (Nueva York, 1977).

    «Hola, soy Jessica. ¿Tú eres el que ha rodado eso? Acabo de graduarme como actriz y quiero trabajar contigo», le dijo al joven cineasta la actriz pelirroja con figura de bailarina.

    Aquel fortuito encuentro hace más de una década fue el embrión de una amistad que les ha llevado juntos a la gran pantalla en «The Disappearance of Eleanor Rigby: Them», primer largometraje de Benson, coproducido por Chastain y con James McAvoy como coprotagonista.

    La cinta, que supone nueve años de trabajo del cineasta desde el primer borrador, es un relato tierno de la vida de una pareja neoyorquina que, pasados los treinta, se hace añicos a partir de un evento fatal.

    Con desconcierto y desacierto, Eleanor y Conor intentarán lidiar con la soledad que brutalmente les ha impuesto el destino mientras deambulan perdidos por sus propias biografías, elemento común a una generación que ha tenido «demasiadas oportunidades para elegir», apunta el director.

    «Si no puedo vivir como quien era, ¿en qué me convierto?», dice Chastain para resumir la esencia de la película, que hace un guiño a la canción de los Beatles «Eleanor Rigby». La melodía no suena en toda la cinta, pero el personaje que interpreta Viola Davis, el más ácido del reparto, menciona el estribillo: «¿De dónde viene toda esa gente solitaria?».

    «No escuché la canción para preparar el papel», comenta en una entrevista concedida a Efe y otros medios de comunicación durante el último Festival de Cannes Chastain, protagonista de «The Help» o «Zero Dark Thirty».

    La ruptura entre dos personas que aún se aman pero cuya vida en común se ha resquebrajado les obligará a ambos a regresar a sus respectivos hogares.

    Ella encontrará la comprensión de su familia para atenuar la tristeza: una madre francesa y violinista, un padre profesor estadounidense, su hermana y su sobrino. Él se golpeará con la indiferencia de su padre, el taciturno dueño de un restaurante que ha quemado sus ilusiones en tres matrimonios fracasados.

    El filme, que tiene muchas referencias a la experiencia vital del director (su padre robó de joven una televisión para ver un concierto de los Beatles), es el tercer montaje que prepara Benson, tras una primera versión que relataba la historia desde los ojos de McAvoy, una segunda a través de Chastain y una tercera reunificada.

    Chastain, actriz y coproductora del filme, participó también en la elaboración del guion, pero respetando siempre la jerarquía del director, dice.

    «Él siempre estaba al mando. A veces sugería una idea y él me decía: ‘es una tontería’. Yo respondía, ‘OK’ «, comenta sonriente la intérprete que en 2011 rodó «The Tree of Life», junto con Sean Penn y Brad Pitt, un filme por el que Terrence Malick ganó la Palma de Oro de Cannes.

    El resultado de la tercera y definitiva entrega de «The Disappearance of Eleanor Rigby: Them» es tan distinto a las anteriores que la 67 edición del Festival de Cannes -por primera vez en su historia- aceptó como inédita una película cuyas versiones precedentes ya habían sido estrenadas en otros certámenes.

    «En muchas películas, desgraciadamente, solo se ve el ángulo masculino. En esta se ven los dos», comenta Chastain, que lanza así una velada acusación de machista a la industria del cine.

    Su director apostilla que «no hay bueno y malo en esta película», ni tampoco juicio de valores. Solo dos puntos de vista de personas que intentan salir hacia delante lo mejor que saben, lo mejor que pueden». EFE/Javier Albisu

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