«¿Dónde se cobra el ingreso per cápita?
A más de un muerto de hambre le gustaría saberlo.
En nuestras tierras, los numeritos tienen mejor suerte que las personas.
¿A cuántos les va bien cuándo a la economía le va bien? ¿A cuántos desarrolla el desarrollo?”
Eduardo Galeano del “Libro de los abrazos”
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En la última década, la pobreza en América Latina viene descendiendo de manera paulatina. Sin embargo, la pobreza extrema se mantiene más rígida. La desigualdad en materia de distribución del ingreso también se redujo, aunque todavía sigue siendo uno de los principales desafíos de la región según la CEPAL.Panorama social de América Latina 2012.
Ningún país ha sostenido un crecimiento económico y menos aún con equidad, con los niveles de analfabetismo, desnutrición, morbilidad endémica, violencia, abuso, trata y explotación de su población y particularmente cuando afectan a su niñez.
Por el contrario, niños contenidos, suficientemente nutridos, saludables, liberados del trabajo infantil (según últimos informes el 92,5 % de los niños que hablan solamente el idioma guaraní están dentro de trabajos peligrosos) guiados en su formación emocional podrán desarrollar todas sus potencialidades y talentos.
En el Paraguay los números macro-económicos, nos ubican en un inmejorable lugar, desde distintos sectores fuera y dentro del país se resalta el auge económico que ya experimentamos y que se proyecta para lo que resta del año.
Las cifras no pueden ser más alentadoras;
Por citar, sólo algunos titulares de los últimos días:
El New York Times resalta auge económico del Paraguay.
Paraguay tiene previsto este año más de 2.400 millones de dólares para inversiones.
Economía paraguaya se quintuplica en la última década.
Paraguay mejora índice de tecnología de información.
Y, podemos encontrar más de estos enunciados auspiciosos. Pero, ¿como hacer que estas cifras aterricen y alcancen a aquellos sectores más vulnerables y desprotegidos?
Para sostener un crecimiento éste no puede circunscribirse solo al ámbito de lo económico sino al desarrollo en su integralidad: económico, social, político y cultural.
Según un documento de Unicef: los fracasos y debilidades de las políticas públicas precisamente devienen de la visión fragmentada de la realidad. ¿Cómo salir de este círculo vicioso y transformarlo en uno virtuoso?
Definitivamente no será con la caridad, donando salarios o introduciendo dosis por más gigantes que sean de simpatía. Esa es una visión cortoplacista de la realidad que nos ha llevado a entender equivocadamente que el tema de la niñez tenía que ser atendido por las primeras damas y no por el Ministerio de Hacienda.
La magnitud de la inversión social y en la niñez en particular resulta insuficiente, se debe aumentar la cantidad y mejorar la eficiencia de la ejecución de los recursos, sobre todo focalizándolos en las poblaciones más vulnerables.
El Presidente electo de la República y todos los candidatos de los diferentes partidos y movimientos políticos firmaron un importante documento propuesto por el Frente por la Niñez y la Adolescencia, para mejorar precisamente la cantidad y la eficiencia de la inversión en este sector.
Son 20 los compromisos, bien concretos y con indicadores que pueden ser perfectamente medidos.
Ojalá que ahora que la efervescencia electoral ha pasado y que ya se apagaron las cámaras y los micrófonos, estos compromisos no sean sólo parte de una de tantas promesas en campaña y se conviertan en temas prioritarios para el equipo económico y social del gobierno que asumirá en agosto próximo.