Corregir a los niños a golpes afecta su aprendizaje

  • Recientes estudios realizados por instituciones estadounidenses concluyeron que los correctivos conocidos como «nalgadas» causan un daño cerebral al niño. Añaden que tampoco sirve para disciplinar y educar a los más pequeños de la casa.

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    Es sabido que dar palmadas en las nalgas de los niños como castigo ante una impertinencia o travesura, es un método utilizado por los padres de familias a lo largo y ancho de este planeta.

    Ahora, luego del polémico fallo de una corte del estado de Nueva York, que resolvió que las nalgadas a los niños no constituyen un abuso, salen a la luz investigaciones hechas por el Centro Nacional de Investigación de Biotecnología y la Universidad de Yale, que señalan con argumentos científicos que las palmadas pueden provocar un terrible daño cerebral a los menores.
    Según el sitio de noticias Infobae.com, «Exponer a los niños a castigo corporal severo, definido como al menos una nalgada al mes durante más de tres años, puede tener efectos perjudiciales en las trayectorias del desarrollo del cerebro».

    Uno de los estudios agrega que otro de los efectos negativos de las nalgadas son la «disminución de materia gris en áreas de la corteza prefrontal, relacionadas con la depresión, las adicciones y los trastornos mentales», reproduce el mencionado medio.

    También la revista estadounidense «Pediatrics» señala en un artículo que contrariamente a lo que se piensa, este castigo no apacigua los ánimos de los niños, sino que causa el efecto contrario: Los deprime y los vuelve más agresivos.

    Por su parte, la revista «Journal Of Agression, Maltreatment and Trauma» publica que si la madre es quien aplica el castigo, «se reduce la capacidad cognitiva relacionada con otros niños».

    «El castigo no enseña qué hacer. La mejor forma de eliminar una conducta –y existe mucha investigación sobre esto– es desarrollar una opuesta en su lugar. Uno no debe intentar suprimir y eliminar», explicó Alan Kazdin, profesor de Psiquiatría Infantil y director del Centro de Crianza de Yale.

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