Aunque el pantalón simbolizó la masculinidad y el poder, mantiene una estrecha relación con la mujer. Esta temporada, una de sus variantes, el de campana, es el actor protagonista.
Resulta imposible pasar por alto los modelos masculinos de pata ancha tal y como los lució Katharine Hepburn, quien los conjuntó primorosamente con jerséis de cuello alto y románticas blusas de seda rematadas con lazada.
Este año, diseñadores y firmas como Óscar de la Renta, Michael Kors, Chloé, Marni, Provenza Schouler o Paul Smith se han dejado seducir por la fuerza y la personalidad de esta prenda de pernera acampanada y lo presentan con blusas románticas, americanas, camisas sin mangas o “tops”.
Muy anchos, de líneas depuradas, longilíneos y de talle alto, el pantalón campana esta temporada vuelve a instalarse en las propuestas de día y de noche siguiendo la estela de Greta Garbo o Marlene Dietrich en los años 30 y 40.
Su verdadera expansión llegó a mediados de los años 60 con el movimiento “hippy”, sobre todo los modelos de tela vaquera, que se convirtieron en el uniforme de la juventud.
Según Dorling Kindersley en su libro “Moda, historia y estilo”, en esta época también se pusieron de moda el pantalón de pata de elefante de punto sintético de la casa francesa de Fontenoy.
Después, en la década de los 70, el talento de Yves Saint Laurent los implantó en el guardarropa de la mujer.
“Poco a poco hice un armario calcado al del hombre. ¡No hay nada más hermoso que una mujer con un traje masculino, ya que toda su femineidad entra en juego”, decía Yves Saint Laurent, diseñador que convirtió el esmoquin en una pieza hiperfemenina.
Sin embargo, si se revisa la historia de la moda, la primera aparición de estos maxipantalones se remonta a 1813, concretamente en el uniforme de los miembros de la Armada de Estados Unidos.
Nacieron para facilitar la vida al marinero. Al ser un modelo acampanado, era más sencillo ponérselo y quitárselo, incluso si estaban mojados. La pata ancha además permitía cubrir las botas militares.
“El pantalón ha sido el compañero de viaje de la emancipación de la mujer”, cuenta Christine Bard en su libro “Historia política del pantalón”.
Pionera y transgresora, la diseñadora Coco Chanel otorgó libertad al género femenino y apostó por el pantalón como prenda estrella. “Una mujer con pantalón nunca será un hombre apuesto”, decía la diseñadora francesa.
“A pesar de estos logros, solo una minoría de mujeres llevaban pantalones”, relata Christine Bard, quien desvela que “la actriz Marlene Dietrich fue capaz de desprender erotismo y sensualidad con pantalones, además de ofrecer una imagen de mujer fatal ultrafemenina”.
Según el libro “Moda, historia y estilos”, gracias a la moda unisex de diseñadores futuristas como Pierre Cardin y André Courrèges, la mujer moderna empezó a llevar pantalones en los años 60 y 70. La revolución sexual y la liberación de la mujer la condujeron a a apropiarse de esta prenda masculina, que hoy viste a diario. EFE