Su éxito en el mundo del diseño se ha traducido en una encomiable labor de mecenazgo que ahora se concentra en los niños y el deporte.
El diseñador italiano Brunello Cucinelli, un referente de la moda y apasionado por la filosofía y la historia, imprime en su vida un estilo de pensar y sentir en el que arrastra tras de sí la solidaridad y el apoyo hacia los más jóvenes.
Su indiscutible éxito en el mundo del diseño se ha traducido en una encomiable labor de mecenazgo que ahora se concentra en los niños con la apertura del “Centro juvenil contemporáneo secular” que el modisto construye en Solomeo (centro de Italia), el pequeño pueblo que hace unos años reconstruyó, próximo a Perugia, la región que le vio nacer.
Un centro deportivo que se acabará este año y que contará con un pequeño estadio, gimnasio, parque y jardines públicos.
Escuela multirracial
Cucinelli dedica parte de los beneficios de sus empresas a la reconstrucción de edificios históricos de Solomeo y en la actualidad al centro deportivo y de ocio, que junto al ya existente en Castel Rigione Club de Fútbol se convertirán en una “Escuela Internacional Multirracial” donde, desde los 6 a los 12 años, niños y niñas podrán practicar fútbol y voleibol.
La intención es construir áreas donde “los niños y niñas puedan pasar parte de la tarde practicando deporte y actividades de ocio, y compartir así los mismos ideales de belleza, respeto, dignidad, humanidad y tolerancia”.
A finales de la primavera próxima el campus comenzará su andadura internacional con fines humanitarios
A finales de la primavera próxima el campus comenzará su andadura internacional con fines humanitarios, ya que se invitará a participar a niños cuyos países están en guerra, con el fin de que los pequeños interioricen una atmósfera de paz y serenidad.
Cucinelli es uno de los fundadores de equipo de fútbol de Castel Rigone, no solo por ser un gran aficionado a este deporte sino por su deseo de promover el juego limpio, fundamentado en la dignidad y el respeto que provocan las normas deportivas, con la convicción de que fortalezca el respeto de cada persona.
Una iniciativa que tiene como imagen el estadio de San Bartolomeo en que no hay gradas y los bancos son de madera, una joya en línea de la filosofía de la empresa. EFE