- marzo 13, 2014
La India se prepara para el estallido de color que inundará el país con la fiesta de Holi, una divertida celebración para recibir a la primavera cuyos preparativos son palpables en los mercados de Nueva Delhi.
El Sadar Bazar de la parte antigua de la capital india se llena de polvos de colores, de pistolas de agua, globos y aerosoles, con los que el próximo 17 de marzo millones de indios se teñirán de rojo, amarillo, azul o verde.
Mezclado con agua, el polvo de una amplia gama de colores se arroja a mano, con pistolas o con globos, en una divertida batalla en las calles que tiene lugar cada primera luna llena de marzo y que hunde sus raíces en una leyenda hindú.
El dios Krishna, de origen humilde, se convirtió en la primera deidad de las castas bajas y con el Holi intentó borrar las diferencias sociales.
Uno de los vendedores del mercado de Sadar, Bunty Qureshi, venido desde el vecino Estado de Uttar Pradesh, en el norte del país, explica a Efe que los polvos que vende se llaman «gulal», una mezcla de «maicena -harina-, perfume y color».
Es lo que más demanda la gente, advierte este comerciante de 22 años, porque existe otra mezcla que luego es más difícil de quitar, que se hace «con sémola y con el aceite de coco» y que mucha gente cree que incluye productos químicos.
La gente «prefiere ‘gulal’ porque no hace daño a la piel y es fácil de quitar», insiste el vendedor, cuyas manos y ropas se van impregnando de color a medida que va sirviendo la mercancía a sus clientes en las bulliciosas calles de la vieja Delhi.
Sin embargo, «el negocio no va muy bien por las lluvias de los últimos días», inusuales en esta época del año en la capital del gigante asiático, lamenta Bunty Qureshi, porque «otros años sí que teníamos buen negocio, pero este año no».
Aunque reconoce que los polvos se han agotado prácticamente en los almacenes de los que se abastecen los comerciantes de los puestos callejeros, que en su caso son los mayoristas de la zona de Chandni Chowk de la capital india, luego en la calle no hay tanto negocio como otros años.
El precio del «gulal» oscila entre 20 y 50 rupias el kilo (unos 24 y 59 céntimos de euro), dependiendo de la calidad.
Otro vendedor, Hanuman Prasad, de 38 años, defiende que la mezcla con maicena «es buena en calidad y no hace daño a la piel».
«No hay en él ningún tipo de químico que pueda ser malo para la piel», reitera el comerciante, quien aclara que «no es el ‘gulal’ de arena, sino el puro» de harina.
Hanuman Prasad ha elaborado él mismo la mezcla y la ha traído desde Amethi, en Uttar Pradesh, para venderla por 80 rupias al kilo, algo menos de un euro, aunque avisa que tiene una oferta especial y que comprando cinco kilos el precio es de «solo» 280 rupias.
Los prolegómenos de Holi de este año no son ajenos a la campaña de las elecciones que la mayor democracia del mundo, con cerca de 814 millones de electores, vivirá entre los próximos abril y mayo.
Las pistolas de agua incluyen entre sus vivos colores fotos con los rostros de Narendra Modi, líder del partido BJP, ahora en la oposición y a priori el favorito para ganar los comicios, y de Arvind Kejriwal, del AAP, uno de sus principales rivales.
Las elecciones se celebrarán en diferentes fases entre el 7 de abril y el 12 de mayo, por los distintos estados del país, en cerca de 930.000 colegios electorales y con alrededor de 1,4 millones de urnas electrónicas, que se transportarán a las zonas más remotas incluso con mulas y elefantes.
Pero antes de la batalla electoral, Holi inundará la India con los colores de la primavera en una fiesta ajena a las tensiones partidistas que se avecinan. EFE