- febrero 19, 2014
En España, un grupo de trabajadoras sexuales se organizaron en una cooperativa de «profesionales del sexo». Prostitutas por voluntad propia, autoempleadas, y con cotización en la Seguridad Social.
“Queremos luchar contra el proxenetismo”, explica María José López, presidenta y portavoz de la cooperativa Sealeer al diario El País.En noviembre del año pasado constituyeron una cooperativa en cuyo objeto social se incluye la expresión explícita “profesionales del sexo”. “Que sepamos, no hay precedentes”, admite Cristina Garaizábal, presidenta del Colectivo Hetaira, una asociación que desde hace 19 años defiende la legalización de la prostitución en todas sus modalidades.
La cooperativa, llamada Sealeer, obtuvo su licencia a través de la Dirección General de Comercio y Empresa (parte de la Consejería de Economía y Competitividad) en Baleares, España y actualmente, buscan repetir el modelo en otros lugares de ese país mediante la ayuda de Genera, una entidad sin ánimo de lucro que defiende los derechos de las prostitutas.
El primer paso para constituir la cooperativa ibicenca fue en 2012, pero la solicitud les fue denegada —precisamente por ese epígrafe incluido en el objeto social de la compañía— y solo tras presentar un recurso con la jurisprudencia existente lograron obtener el permiso. Las cooperativistas ya cotizan a la Seguridad Social; se dieron de alta como autónomas de una cooperativa, dentro de la categoría “otros servicios personales”.
Su representante, María José López insistió que el objetivo de la empresa es asegurar la libertad de las trabajadoras sexuales frente a la explotación por parte de los proxenetas. “Pagan una cuota única de 300 euros para cuatro años”, que va a parar al mantenimiento de la empresa y los salarios administrativos. “Los beneficios se los llevan todos ellas”.