Desde que recuerdo siempre me ha atraido los secretos de los incas, aztecas y todas las culturas antiguas y sus misterios.
Leyendo sobre las culturas descubrí los poderes del chocolate, si uno esta triste debe comer un bombón por ejemplo y te sentirás mejor… eso siempre escuché.
Antiguamente, el chocolate sólo era conocido en el continente americano, concretamente en México, pero tras la conquista de los Imperios Azteca y Maya, se importó a Europa y rápidamente se extendió su utilización, aunque su uso no se generalizó hasta la época del reinado de Luis XIV.
En la actualidad, el cacao transformado en chocolate, está en todas partes y todo el mundo lo conoce y, cada vez más, se tiene en mayor estima su valor cosmético, cada día más unido a los tratamientos de belleza.
El chocolate que se produce con el cacao es un elemento cosmético que aporta hidratación y nutrición a la piel realizando, al mismo tiempo, una acción drenante y anticelulítica que mejora el estrés y la elasticidad de la piel. Además, aporta a la piel minerales, oligoelementos y vitaminas.
La terapia consiste principalmente en esparcir por todo el cuerpo una ligera y deliciosa capa de chocolate caliente, dejándola actuar aproximadamente 20 minutos. Esta terapia está indicada para todo tipo de piel.
Ventajas:
Antidepresivo y antiestrés.
Antioxidante.
Aporta minerales y oligoelementos.
Aumenta la circulación sanguínea y linfática.
Contribuye a la oxigenación celular.
Es relajante.
Estimula los sentidos.
Hidrata y nutre la piel.
Mejora la elasticidad de la piel y aporta suavidad.
Realiza una función drenante y anticelulítica.
Rejuvenece!!!!
Yo lo hago una vez al mes, y me siento feliz cuando la gente me mira y me dice que no aparento mis 41 abriles… ¡yeahhh!