- noviembre 1, 2013
Nadie pensaría que una fruta chica, de apariencia poco atractiva, con una pulpa repleta de cientos de pequeñas semillas, guarde tan alto contenido nutricional.
La planta, originaria de América, produce un fruto que contiene alrededor de 16 vitaminas, entre las que destaca la vitamina C en un porcentaje siete veces mayor que el de la naranja, incluso más que el limón y la toronja, lo que la convierte en un antigripal natural.
También posee vitaminas antioxidantes, como la A, E y del complejo B, así como un alto contenido de potasio y hierro junto con otros minerales, como magnesio, calcio, fósforo, sodio y zinc.
La vitamina B2 (riboflavina) contribuye a que los tejidos utilicen de forma adecuada el oxígeno como combustible, mientras que la vitamina B2 (tiamina) ayuda a producir energía aprovechando de manera eficaz los carbohidratos y las proteínas consumidos diariamente.
Además, gracias a sus propiedades astringentes, desinfectantes y antibacterianas, contribuye a mejorar problemas estomacales, intestinales y cuadros de diarrea, y purifica el aparato digestivo.
Para algunas personas resulta incómodo morder las semillas, pero no debe ser pretexto para dejar de consumirla y de aprovechar todos los beneficios que ofrece al organismo.
Fuente: www.vidalatinasd.com