
Cuando la comida se convierte en un antidepresivo
Crisis de pareja, estrés laboral, inseguridad social, falta de autoestima…problemas de la vida cotidiana que en menor o mayor grado nos desequilibran al hacernos sentir emociones negativas. Pero cuando confundimos este malestar con el hambre y utilizamos la comida como un antidepresivo o ansiolítico natural es cuando la señal de alarma comienza a sonar