Cabe destacar que por segundo año consecutivo, los vestidos se llevaron la gran torta de la tendencia. Los detalles estuvieron presentes; los que más me llamaron la atención fueron los collares de gran tamaño, los volados 3D y las carteras de la marca Celine. Si prescindías de uno de ellos, la sensación es que estabas desnuda.

Tipo polleras y culotes con un largo midle, además de pantalones deportivos que, con la ayuda de camisas de seda, otorgaban un look muy elegante.

Si hablamos de colores prepárense para incorporar una gran dosis de colores vibrantes como el amarillo rabia. Le siguen muy de cerca el rosa, el verde, el naranja y el inevitable negro combinado con el nude en la mayoría de las veces.

Los peinados más vistos coincidían con la propuesta de la marca TRESemmé, “de la pasarela directo a la calle”. Según los expertos del cabello, bastan solo tres pasos y algún producto para estar tan espléndida como la modelo que nos alumbra desde la pasarela. Y es que todo es muy natural, un rodete o una coleta casi hechos al descuido.

Lo más sorprendente de todo que lo vi, fue la tendencia de combinar vestidos y polleras híper elegantes con simples championes, de marcas caras sí, pero championes al fin.

Un mundo de estilos propios e impostados que gritan por ser vistos y que por suerte de este lado del planeta ya tenemos oportunidad de apreciar y aplicar.

Pollera con champión.

Los peinados más vistos coincidían con la propuesta de la marca TRESemmé.

La marca TRESemmé.

Preparación en TRESemmé.

De la marca TRESemmé.

¿Te gustaría cambiar tu estilo?

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