¿Sos una adicta al sexo?

¿El sexo domina tu pensamiento y tu conducta?  Atenti a esta nueva publicación: la persona que es adicta sexual se caracteriza por una necesidad de conducta sexual excesiva, y por un pensamiento continuo y obsesivo respecto del sexo, dice una publicación de AIS- Adicción e Investigación de Socio-adicciones.

Las personas con adicción sexual persisten en este comportamiento a pesar de las graves consecuencias negativas que le reporta a él/ella y a las personas de su entorno. En los casos con una relación estable es especialmente perjudicial y producen situaciones dolorosas para los efectos en la pareja, que  se convierte en víctima del comportamiento incontrolado, de  mentiras, engaños, justificaciones… y en ocasiones de contagio de enfermedades de transmisión sexual.

La publicación sostiene que las personas adictas al sexo, contrariamente a lo que popularmente pueda creerse, no viven placenteramente esta sexualidad ya que su comportamiento responde a un impulso, a una necesidad de la que no son capaces de controlar. Después  de realizada la conducta en muchas ocasiones sienten vergüenza y arrepentimiento. En ocasiones,  la persona llega a tener conductas sexuales que van en contra de sus normas morales , lo que le puede llevar a vivir una doble vida basada en el engaño y la mentira.

¿Cómo sabés si sos una adicta sexual? Existen conductas que pueden parecerte normal, pero requiere de tu atención. Consultá con un profesional psicólogo.

Señales de alerta:

  • Tenés actividad sexual muy frecuente, desproporcionada y desadaptada. Tus pensamientos también son de contenido sexual y se convierte es obsesiones que ocupan continuamente tu pensamiento respecto a lo que deseás hacer o cómo hacerlo.
  • Te proponés no realizar determinadas conductas sexuales, como irte a la cama con el primero que te parezca churro una noche de salida, pero te resulta imposible mantenerte abstinente o reducir tus actividades sexuales.
  • Tenés esa conducta sexual en secreto, nadie en tu entorno sabe y eso te empuja en ocasiones, a llevar una doble vida de mentiras, engaños y ocultamientos.
  • Experimentás una progresiva tolerancia y empezás a aumentar la frecuencia de tus deseos. Como necesitás más tiempo para para obtener el resultado deseado, sentís la necesidad compulsiva y desmedida de la masturbación, o la consulta de pornografía, etc.
  • La búsqueda de sexo o la realización de conductas sexuales ocupan un tiempo excesivo y estás al punto de relegar obligaciones profesionales, académicas, familiares.
  • Disminuiste también el tiempo de ocio dedicado a otras actividades que normalmente se hacías con amigos o familiares y paulatinamente te vas aislando.
  • Continuás con la conducta a pesar de las consecuencias negativas derivadas, estas pueden ser: riesgo de contraer una enfermedad, problemas matrimoniales o separación, pérdida de los derechos de estar con los hijos menores, abortos o los embarazos no deseados, hay casos en que se da riesgo de detención…
  • Si no podés tener relaciones sexuales te da sindrome de abstinencia: elevada ansiedad, inquietud, mareos, dolores en el cuerpo, dolores de cabeza, insomnio, cambios de humor, depresión o irritabilidad etc.
  • ¿Te pasa todo esto y te parece normal?  Hacé un Auto-Test

 

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