- mayo 4, 2013
El periódico El Mundo.es publicó una entrevista al doctor Javier Andrés Novales, coordinador de los servicios de Cardiología de los hospitales San Eloy (Barakaldo) y San Juan de Dios (Santurtzi) de España sobre el sexo después del infarto.
El médico ilustró: imagine que vive en un segundo piso sin ascensor. El esfuerzo físico que le supone subir una sola vez las escaleras desde el umbral de su portal hasta la puerta de su casa es similar al que realiza cuando está realizando el acto sexual. Por ello, a pesar de que una persona haya padecido un infarto, si ya se encuentra completamente estable y puede hacer el esfuerzo de subir escaleras, no le debe tener ningún miedo al sexo.
«Después de un infarto se puede reanudar una vida sexual similar a la que se tenía antes», sostuvo. Sin embargo, insiste en la necesidad de consultar al médico y asegurarse de que el paciente ya está estable y quitarse el miedo.
“La ausencia de actividad sexual en la pareja tras un infarto de miocardio puede ser consecuencia del miedo a la muerte durante el coito», apuntaba este especialista en el encuentro ‘Sexualidad después del infarto’, celebrado en la Sala Badebarrieta. Sin embargo, y según un estudio sobre 5.559 casos de muerte repentina por causas no traumáticas, sólo 34 de ellos eran por motivos cardiológicos y se produjeron durante el coito. Además, aclara que «en 27 de esas 34 relaciones, la persona fallecida estaba realizando el acto sexual con una pareja distinta de la habitual». Por ello, insiste: «Hay que perder el miedo».
Esta afirmación del periódico deja entrever que los pacientes preferían “perder el miedo” con una persona diferente a su pareja habitual.
Enrique Galve, presidente de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), afirma que «después de dejar pasar un periodo razonable, la actividad sexual puede retomarse con normalidad».
Según Galve, los infartos han cambiado mucho, ya que actualmente se reduce mucho su extensión gracias a las nuevas técnicas y tratamientos que existen. En aproximadamente dos semanas la persona puede volver a reanudar su vida. «Las relaciones sexuales implican un esfuerzo, por tanto si la persona puede salir a la calle y caminar, puede hacer sexo igualmente». Por tanto, subraya que «solamente están prohibidas cuando la enfermedad está latente«.
No debemos olvidar, remarca el doctor, que todo debe hacerse con regularidad y normalidad dentro de la edad del sujeto. «Los infartos son más frecuentes en hombres de edades comprendidas entre 60 y 70 años», afirma.