Eyaculación precoz: el miedo de no llegar a tiempo

  • El estrés, la ansiedad, el miedo, la vergüenza o las costumbres culturales son factores que hacen que el hombre, en las relaciones sexuales, no llegue a tiempo, pero no por hacerlo tarde, sino por adelantarse. Es la eyaculación precoz, fruto de altas expectativas que pueden ocasionar grandes problemas.

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    La eyaculación precoz es una disfunción sexual masculina que se produce cuando el hombre llega al orgasmo mucho antes de lo que él (y su pareja) desearía.

    Se calcula que entre el 30 o 40% de los hombres presenta este problema en algún momento de sus vidas.

    Esta disfunción sexual es una de las más prevalentes en el sexo masculino que no sólo influye en aquel que lo padece, sino que también incide a la esfera sexual de su pareja.

    La decisión de denominar “rápida” a la “eyaculación precoz”, a primera vista, puede sorprender a más de uno por la escasa utilización de este calificativo unido a este sustantivo, pero la elección “no ha sido por nada en especial porque “rápida”, “precoz” y “prematura” son acepciones aceptadas en castellano”, explica María Fernanda Peraza, uróloga de la Fundaciò Puigvert y participante de la jornada.

    Abordaje integral

    Según la uróloga y andróloga de la Fundaciò Puigvert, “el objetivo es ir mucho más allá porque hasta ahora las disfunciones sexuales se habían tratado de forma individual y estos problemas requieren de un abordaje integral”

    En este sentido, Mónica González, ginecóloga y directora de la unidad de Disfunción Sexual Femenina de la clínica, insiste en la importancia de un correcto diagnóstico y orientación terapéutica.

    El eyaculador precoz

    En el 98% de los casos, las causas de un varón con eyaculación precoz son de origen psicogénico.

    Aunque hay varios tipos en los que se divide esta disfunción sexual, la más habitual es la primaria que se fundamenta en bases éticas, según determina María Fernanda Peraza: “Se produce un cambio importante en la dinámica de la pareja porque todo se acorta debido a la prematuridad del orgasmo en el hombre”.

    Además, cuando los juegos precoitales o preliminares son duraderos “el varón suele tener miedo de establecer la relación sexual”.

    Según Mónica González, hay muchos hombres que piensan que son eyaculadores rápidos sin serlo, incluso aunque su pareja les diga que ya se ha quedado satisfecha.

    De esta manera, la cuestión a tratar ya no es el tiempo eyaculatorio sino la satisfacción global de la pareja, añade la ginecóloga.

    Reacción de la pareja

    La especialista en disfunción sexual de la fundación detalla que existen varios estudios que demuestran que, tanto para el hombre como para la mujer, el control de la eyaculación precoz afecta mucho al nivel de intimidad y de excitación de la mujer.

    Las principales reacciones de la mujer a las que se refiere González son las siguientes:

    No suele darle importancia y acaba frustrándose. A veces le genera ansiedad y puede llegar a generarse un trastorno sexual.
    Protesta reivindicando excesivamente su insatisfacción sexual perjudicando aún más al varón.
    Lo ideal es “conseguir un equilibrio y consultar cuando comiencen a aparecer los problemas para impedir que vaya a más”, advierte la doctora.

    Cómo evitar la precocidad del orgasmo

    Peraza afirma que la prevención comienza en la educación sexual primaria porque hay que aprender a normalizar las situaciones y las expectativas en cuanto al sexo.

    Por un lado, las expectativas sociales del tiempo eyaculatorio son muy altas y, por otro, las creencias culturales y religiosas siempre van a estar ahí.

    “Siempre hay varones que se masturban con culpa y que hacen todo muy rápido porque creen que están haciendo algo mal”, explica desde su experiencia.

    Fernández lanza un mensaje de tranquilidad a los afectados por este problema: “Hay eyaculadores precoces que saben compensar esa falta de duración a nivel coital con otras habilidades amatorias dejando a su pareja satisfecha”.

    Tratamientos

    María Fernanda Peraza recomienda que el tratamiento sea multimodal, es decir, que “muchos especialistas participen en ello porque se trata de un reflejo neurológico que no se puede controlar”.

    Lo que sí se puede llegar a prever es el momento de aparición de este reflejo y llevar a cabo una terapia que ayude a controlar y a mejorar la eyaculación.

    “Son terapias cognitivas, de aprendizaje y dirigidas a disminuir la ansiedad con el fin de prolongar el tiempo de aparición de este reflejo”, argumenta la uróloga.

    En determinados casos se puede dar también un soporte farmacológico como los antidepresivos o un medicamento, cuyo principio activo es dapoxetina, la única medicación actual indicada para esta disfunción sexual. EFE Salud.

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