Cómo reaccionar ante las discusiones

 

Pelea, riña, contienda… No tenemos porqué llegar a las manos, sólo con discutir y perderse el respeto es una mala situación por la que a nadie le gusta pasar. Además, a veces caemos en el error de continuar la pelea, cuando lo mejor es hablar, razonar y si no, terminarla.

En el día a día, en las relaciones sociales que se mantienen con nuestros seres queridos es normal que surjan desacuerdos porque también sabemos que donde hay amor también existe conflicto. Y es que donde hay personas que piensan, hay discrepancia de pareceres. Todos no podemos pensar igual. El avance y el desarrollo nacen de la disparidad de criterios e intereses y eso es lo que pasa en las relaciones.

Ante esta situación, es importante reconocer un problema y antes de esto, saber que existe y atajarlo cuanto antes de la mejor manera posible. Cuando se empieza a calentar el ambiente y sacamos a relucir temas que no tienen nada que ver con el argumento de la pelea, lo mejor es reconocer el fallo, la culpa o el error y no darle más vueltas al asunto.

Sabemos que hay dos formas de afrontar problemas: constructiva y destructiva. La primera, daña al autoestima de los rivales. Nos ponemos violentos ya sea física o verbalmente…Esta es una forma muy desagradable de discutir. No se recomienda. Sin embargo, la positiva es la constructiva, ya que supone desarrollo, alienta el diálogo y permite que los contendientes lleguen a su máximo potencial. No es difícil llegar a afrontar un problema de una forma constructiva si nos lo proponemos.

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