- agosto 10, 2014
¿Es perjudicial la preocupación excesiva por el otro? ¿Debería considerarse como un tipo de adicción o podría resultar beneficioso para ambos? es la pregunta que se plantea la psicología cuando la relación de pareja pretende borrar los límites de las individualidades.
BioBioChile recoge un ensayo del doctor en psicología Aaron Ben-Zeév en la revista estadounidense especializada, Psychology Today, sobre la «adicción al amor», término que está en disputa al igual que la famosa «adicción al sexo». Este posible trastorno no se menciona en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, publicado en 2013 por la Asociación Americana de Psiquiatría, sino que lo menciona como “hipersexualidad”. En tanto, la Organización Mundial de la Salud se refiere a ella como el “deseo sexual excesivo”.
El amor romántico está en discusión. Hay quienes afirman que no es una adicción, aunque algunas de sus características son consideradas «trastornos».
Ben Zeév señaló que consideramos como positivas las actividades intrínsecas, es decir, las que realizamos porque valoramos y disfrutamos, y que pueden ser de gran valor, cuando las aprovechamos, o destructivas, cuando se hacen de forma excesiva.
En tanto, aseguró que una obsesión -el síntoma principal de cualquier adicción-, se define como una preocupación persistente o inquietante que a menudo se vuelve irracional.
Es en estos últimos términos es donde pone el énfasis, ya que la preocupación por una idea (o persona) no es perjudicial, mientras no afecte el desarrollo habitual de la persona.
En consecuencia, el psicólogo indica que “existe una línea clara entre el profundo romanticismo y la ‘adicción al sexo o al amor’, que se diferencia entre las actividades profundas y superficiales. Ser adicto limita tu mundo, mientras estar enamorado puede ayudar a los amantes a “florecer” a largo plazo, a diferencia del sexo que a largo plazo -y con una conducta obsesiva-, puede ser destructivo.