- julio 5, 2014
La doctora nutricionista Magda Carlas explica las ventajas y beneficios del agua, su claro y contundente valor para la salud, y rompe una serie de mitos relacionados con el consumo de este líquido, que debe ser considerado la bebida número uno, con mucha diferencia sobre cualquier otra
El agua es vida. Y no es solo un dicho, más del 50 por ciento de nuestro cuerpo es agua, y en el caso de un bebé, hasta el 70 por ciento. Es el elemento vital para la subsistencia; sin comer podemos estar más de un mes, sin beber, apenas poco más de una semana, según Efesalud.
La doctora Magda Carlas, licenciada en Medicina y Cirugía y máster en Ciencias de la Alimentación, acaba de publicar el libro “Más claro que el agua. Todo lo que deberías saber del agua mineral natural y nunca te han contado” (Amat Editorial), donde repasa el enorme valor del agua en la salud y el bienestar.
Colaboradora habitual de diversos medios de comunicación, la doctora Carlas ha publicado más de trece libros, y forma parte del departamento de Nutrición de la Clínica Eugin de Barcelona. Agua, dieta, salud y nutrición son algunos de los temas abordados:
-¿Por qué un libro sobre agua mineral?
Aunque no lo parezca, el agua es el elemento fundamental de la dieta; lo que más se consume es agua, pero se habla más de fruta o verduras que del agua, que es elemento básico, y es el más olvidado.
-¿Qué diferencia hay entre el agua mineral y el de la canilla?
Primero las similitudes, las dos son aguas potables que sirven para el consumo humano. La diferencia está en sus orígenes. El agua mineral proviene de los subsuelos, manantiales, con un origen natural; el agua del grifo( la canilla) tiene orígenes diversos, puede ser de manantial, pero también potabilizado, no lo sabemos, depende de cada ciudad.
¿Qué tipos de aguas minerales hay?
La clasificación habitual es por la cantidad de minerales que contienen; esto lo mide un parámetro que es el residuo seco, y que nos dice la cantidad de minerales. En función de ello las hay aguas de mineralización muy débil, débil, media o fuerte.
¿Las etiquetas son suficientemente informativas ?
En general sí, con suficiente información sobre origen, composición y propiedades, pero a veces las letras son pequeñas o poco claras. Las etiquetas son clave para conocer la cantidad de minerales que nos aporta el agua; a mayor residuo seco, mayor aporte de minerales.
¿Qué importancia tiene el agua para la nutrición?
De nuestro cuerpo más del 50% es agua. En el recién nacido, el 70. El envejecimiento es un proceso de deshidratación. El agua es un elemento vital; sin agua no hay vida.
Forma parte de nuestras células y órganos, incluso de los huesos, es estructural, y también forma parte de las reacciones, los jugos gástricos, la saliva, la eliminación de sustancias tóxicas desde la orina; sus funciones son muchas.
El agua mineral es también una fuente importante de minerales. Se trata de nutrientes esenciales que nuestro cuerpo no produce pero que son imprescindibles para muchos procesos fisiológicos, e incluso para nuestro rendimiento intelectual o físico.
¿Cuáles deben ser las pautas de consumo?
Hay una señal de alarma que es la sed. Pero cuando tenemos un 2 por ciento de deshidratación, que es mucho, no te encontrás bien y lo notás; el cuerpo tiene sensores que indican cuando lo necesitamos.
Las pautas de consumo dependen de factores como el peso, la altura, la actividad y el ejercicio, la edad, pero en general las mujeres deben tomar 2 litros y los hombres 2,5. Y de ellos el 80% procedente de bebidas y el 20 de los alimentos; los que más agua tienen, además de las sopas, son los vegetales y las frutas.
Esta pauta es general, la que ofrece la EFSA (European Food Safety Authority), pero depende también del ambiente en el trabajo, de los nervios de cada día, del ejercicio que se practique… El agua no tiene aporte energético, ni azúcares añadidos, tiene origen natural, como bebida tiene muchas ventajas. Tiene que ser “la bebida” básica, especialmente en los niños, que tienen que interiorizar hábitos dietéticos desde pequeños.
¿Qué es el consumo de agua inteligente?
Creo que es buscar un agua de calidad y, en segundo lugar, que el cuerpo esté bien abastecido, ya que aumentará el rendimiento. Cuando tenés sed hay un 1 por ciento de deshidratación; lo inteligente es anticiparse a la sed.
A la hora de elegir, es interesante decantarnos por un agua que, además de hidratarnos, pueda ofrecernos también un buen aporte de minerales. Recordemos que en nuestra sociedad actual hay carencias importantes de minerales como el calcio y el magnesio, y que el agua mineral es también una excelente fuente para adquirirlos.
Si hacés deporte, bebé; si vas a la playa, bebé; y si vas a tomar alcohol, bebé agua también, se absorberá mejor, de forma más lenta, y protegerás el estómago. El alcohol no es para hidratarse, ni tampoco para calmar la sed.
¿Hay creencias erróneas y falsos mitos en relación con el agua?
Sí, enumero varias:
1. El agua adelgaza. No es verdad. El agua no adelgaza, tiene cero calorías, pero no disminuye la grasa ni el peso.
2. Otro mito es que hay cierto tipo de aguas que adelgazan más en función de los minerales, también es mentira.
3. Beber agua en el transcurso de una comida no es malo. Hay quien dice que sí es malo, es una creencia errónea.
4. Las aguas de muy débil mineralización van mejor para el cuerpo. Esto también es mentira, la débil mineralización es una característica, no una ventaja.
5. El agua con gas no engorda, pero hay quien dice lo contrario y actúa como mito. El agua con gas puede ser menos sana si lleva más sodio, pero no engorda..
¿Cómo deben consumirla embarazadas, lactantes, niños, mayores…?
En el embarazo se necesita más de todo, se necesita más agua, pero aún es más importante en la mujer lactante, cuando se da el pecho, porque se fabrica mucha leche.
Los niños necesitan agua, pero de 1-2 años no tanto como un adulto, algo más de un litro, y subir progresivamente. Por ejemplo, un niño de 8 años, debe tomar aproximadamente 1,5 litros/día. También depende del deporte que haga el niño.
Entre hombre y mujer hay diferencias: El hombre necesita más agua que la mujer, el hombre tiene más musculatura y más agua, y la mujer tiene menos agua y menos musculatura, y más grasa.
Los mayores tienen menos sensación de sed, los receptores que detectan el descenso de agua en su organismo pueden fallar; y, a veces son poco amigos de ensaladas o frutas; cuidado con el agua y la deshidratación, niños y mayores son los más vulnerables.
¿Los niños deben comer siempre con agua?
Es un horror que los niños coman con refrescos(gaseosas). El niño tiene que beber agua, ni jugos ni refrescos, es importante la fruta fresca, pero no hay que acostumbrarles a bebidas dulces. Como mucho, los fines de semana se pueden hacer excepciones, como dulces o bombones, pero de lunes a viernes, agua.
Y también las personas adultas, agua en las comidas. Hay que hacer el agua atractiva al niño y que se enamore de ella. Y los padres deben dar ejemplo tomando agua.
¿Cómo influye el agua en las dietas de adelgazamiento?
Es la bebida ideal para una dieta de adelgazamiento, por ejemplo tomar 250 centímetros cúbicos antes de la comida, te quita un poco el hambre. También el agua se puede diluir en alimentos muy concentrados. El agua ayuda en la dieta porque , aunque no adelgaza por si solo, no tiene calorías, ocupa un espacio en el estómago, sacia el apetito y su exceso no es nocivo, no provoca efectos secundarios.
Aunque hay que tener cuidado con excesos, como la potomanía. Uno, dos, tres litros, el margen es razonable, pero 6,7,8 litros, no. El cuerpo es equilibrio, equilibrio en los elementos que conforman el organismo; hay un margen de maniobra, pero sin consumos extremos. Una ingesta elevadísima de agua no es sana.
La doctora Carlas realiza un llamamiento en la parte final de la conversación con EFEsalud: pide que en las zonas de ocio nocturno y bares de copas, donde acude la gente joven, el precio del agua embotellada sea inferior a las bebidas refrescantes o alcohólicas, de forma que el joven tenga un acceso fácil y aumente su consumo. De esa manera, considera, se evitarían en parte los efectos del alcohol.