Can Ruti ha llevado a cabo el ensayo clínico de un suplemento alimenticio que tiene la función de moderar la respuesta inmune del cuerpo cuando se infecta por la bacteria.
El Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Can Ruti) ha concluido con éxito el ensayo clínico de un probiótico que previene el desarrollo de la tuberculosis y, tras probarlo en medio centenar de voluntarios, iniciará su distribución en la India mediante una «spin-off» (empresa derivada).
El probiótico es un suplemento alimenticio que tiene la función de moderar la respuesta inmune del cuerpo cuando se infecta por la bacteria y ha sido desarrollado después de constatar que las personas infectadas enferman por una reacción inflamatoria exagerada contra el bacilo.
Los resultados de este ensayo se han presentado en la Conferencia Mundial de Salud Pulmonar que se celebra en Barcelona, en la que participan más de 3.000 especialistas.
Según ha informado el Hospital de Can Ruti, prevenir el desarrollo de tuberculosis en personas con riesgo de estar infectadas sin necesidad de confirmar que el bacilo está dentro de su cuerpo es el objetivo de «Nyaditum resae», un probiótico fabricado en Badalona (Barcelona) en el último año y medio y validado gracias a un ensayo clínico con humanos.
Con un coste de menos de 5 euros al año, se espera que a partir de 2015 este suplemento alimenticio pueda empezar a beneficiar a miles de personas, especialmente a ciudadanos de países en vías de desarrollo, que es en donde la tuberculosis causa más muertes.
El probiótico, que está basado en la necesidad de que el cuerpo tolere la bacteria en lugar de querer erradicarla, es una creación de la Unidad de Tuberculosis Experimental (UTE) del Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud Germans Trias i Pujol (Institut Germans Trias).
Este equipo de investigadores, liderado por el doctor Pere-Joan Cardona, se dedica desde 1997 a la tuberculosis y es conocido internacionalmente por haber hecho numerosas aportaciones innovadoras en referencia a las causas de la enfermedad.
Por ejemplo, ha concluido que las personas infectadas que enferman lo hacen porque su cuerpo genera un respuesta inflamatoria demasiado intensa contra las bacterias, lo que termina siendo perjudicial para el propio cuerpo.
También han descubierto que el tratamiento con antiinflamatorios comunes, como el ibuprofeno, ayuda a curar la enfermedad.
Después de todo esto, los investigadores de la UTE han decidido buscar un mecanismo no farmacológico para regular la respuesta inflamatoria y evitar que sea exagerada y que cause la enfermedad.
Así, han creado un suplemento alimenticio fabricado a partir de una micobacteria de la misma familia que la causante de la tuberculosis, llamada «Mycobacterium manresensis», que fue descubierta en el agua del río Cardener (Barcelona) e identificada por primera vez por los investigadores de la UTE.
Según los investigadores, el probiótico derivado de la bacteria, al ser administrado en comprimidos o en polvo durante dos semanas, hace que el cuerpo aprenda a tolerar de forma natural la micobacteria de la tuberculosis, de forma que la respuesta inflamatoria que genera contra este microorganismo, en caso de infección, es menos intensa.
Eso evita que se desarrolle la enfermedad, como han logrado demostrar primero en ratones y ahora en ensayos con humanos.
«Cuando tomas por vía oral un probiótico como éste de forma repetida el sistema inmune lo acaba considerando un alimento, como si se acostumbrara. Así es como generamos la tolerancia del cuerpo a este tipo de micobacteria y evitamos una reacción demasiado intensa contra la bacteria de la tuberculosis», ha explicado Cardona.
El producto se patentó como «Nyaditum resae» en 2013 y luego el Instituto Germans Trias creó una spin-off en colaboración con la CIBER Enfermedades Respiratorias del Instituto Carlos III, para poder producirlo y comercializarlo.
Así nació Manresana de Micobacteriologia SL (Manremyc), que acaba de ampliar capital para viajar a la India con la finalidad de buscar socios licenciatarios para distribuir el producto.
El ensayo se ha llevado a cabo este verano en el Hospital Germans Trias con la participación de 51 voluntarios, 21 de ellos infectados por tuberculosis.
Los resultados hechos públicos hoy demuestran que los voluntarios, después de tomar el probiótico, aumentan significativamente su porcentaje en sangre de células que han de permitir generar tolerancia a la presencia del microorganismo. EFE