Las autoridades sanitarias francesas han lanzado una advertencia sobre las prótesis mamarias ante la aparición de casos de un cáncer particular en mujeres con esos implantes, y estudiarán en los próximos días medidas que pueden llegar hasta su prohibición.
El diario «Le Parisien» reveló que la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento (ANSM) va a organizar una reunión de expertos en diez días sobre la cuestión para determinar si hay que ir más lejos en la reglamentación.
«Si tenemos que llegar a prohibirlas, lo haremos», avanzó el director general adjunto de la ANSM, François Hébert, que en una entrevista explicó que en los últimos tres años se han detectado 18 casos de linfoma anaplásico de células grandes (LACG) en mujeres con implantes.
En el mundo se tiene constancia de 173 casos, y Hébert hizo notar que estos cánceres (una de las pacientes en Francia ha fallecido) «parecen asociados a las prótesis mamarias», y que no se han declarado entre mujeres que no los llevan.
Aunque se trata de un riesgo aparentemente reducido, teniendo en cuenta que en Francia 400.000 mujeres llevan esos implantes, los responsables sanitarios han decidido en un primer momento obligar a que los médicos adviertan a las mujeres que se quieran operar de ese nuevo riesgo, en espera del dictamen de los expertos de la ANSM.
La ministra de Sanidad, Marisol Touraine, quiso evitar temores infundados y, en una conferencia de prensa convocada para abordar esta cuestión, insistió en que «las mujeres no deben ceder a una inquietud excesiva» teniendo en cuenta el reducido número de linfomas conocido.
Además, Touraine hizo hincapié en que «no se recomienda a las mujeres que lleven prótesis que se las retiren», al tiempo que aseguró que la «vigilancia es absoluta» y que se ha reforzado el procedimiento de información a quienes se vayan a operar.
A partir de los 18 casos de LACG detectados en Francia, se sabe que los cánceres se han diagnosticado de media entre 11 y 15 años después de la colocación de los implantes, aunque en un caso se declaró al cabo de solo dos años. Las afectadas tenían edades de entre 42 y 83 años.
Se da la circunstancia de que 14 de las mujeres concernidas llevaban prótesis del fabricante estadounidense Allergan, que representa una cuota de mercado en torno al 30 % en Francia.
Allergan, que reconoce estar en discusiones con la ANSM y subraya la transparencia del procedimiento, hizo hincapié por boca del director de la división médica, Philippe Mauvais, en que el número de casos es muy reducido para sacar conclusiones.
Hébert comentó que no se detectó ninguna anomalía en las inspecciones de esa marca que se hicieron en el periodo 2012-2013, y también aseguró que «hay que tomar los datos con precaución» porque muchas mujeres a lo largo del tiempo han llevado prótesis de diversos fabricantes.
En una nota del pasado día 4 de marzo, el Instituto Nacional del Cáncer de Francia (INCA) pide a los médicos que busquen un posible diagnóstico de este linfoma a la menor señal que perciban, puesto que «existe claramente un vínculo entre esta patología y el porte de un implante».
El problema parece no estar tanto en el contenido de la prótesis, sino que la sospecha se dirige hacia la superficie de los implantes.
Hébert recordó el escándalo de las prótesis del fabricante francés PIP, que cambiaba el gel autorizado por otro más barato que producía frecuentemente su ruptura y que llevó a la condena judicial en 2013 de su creador.
«El escándalo Poly Implant Prothèse (PIP) mostró que podía haber peligro. Por eso estamos muy atentos a este tema», señaló. EFE