Ponerse en forma y pasear el perro a la vez es posible

  • Entrenar al aire libre y pasear el perro a la vez es posible. Eso es lo que propone la estadounidense Angi Aramburu, fundadora de una compañía que ofrece clases de «fitness» con un único pero peculiar requisito: que los miembros que participen vayan acompañados de sus mascotas caninas.

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    «Cuando tenía que escoger entre salir a pasear con mi perro o ir al gimnasio y entrenar, siempre me encontraba en una gran encrucijada y me sentía culpable», explicó Aramburu en una entrevista con Efe, por lo que decidió empezar a combinar ambas actividades.

    Esta modalidad, que se puso en marcha la primavera de 2013 y que está ganando una atención creciente, logra cubrir dos necesidades que a veces pueden parecer incompatibles en los horarios de trabajo más ajetreados y «eliminan la excusa de no tener tiempo para todo».

    «Estas no son clases de ejercicios específicos para perros», quiso dejar claro Angi, aunque la entrenadora afirmó que el hecho de llevar a un acompañante canino a los entrenamientos permite «estimular» al animal, «tanto mental como físicamente».

    El grupo se encuentra a primera hora de la mañana en los principales parques de dos distritos de Nueva York, en el Central Park de Manhattan y el Prospect Park, en Brooklyn.

    Frente a la instructora suelen encontrarse algo más de 5 dueños con sus respectivas mascotas, por lo que los grupos son reducidos, aunque Aramburu admite que es a partir de primavera y verano cuando más miembros participan en este tipo de actividades, y no en invierno.

    Los requisitos para participar en una clase de la firma Go Fetch Run (Ve-Recoge-Corre) no difieren de los habituales para la práctica deportiva: una toalla, ropa cómoda, unas deportivas, agua para hidratarse «para dos» y, eso sí, un animal de compañía.

    Mientras los asistentes empiezan a calentar corriendo por las amplias llanuras del parque al lado de sus mascotas, Angi prepara un circuito con obstáculos en el que durante algo más de 45 minutos se realizarán flexiones, ejercicios cardiovasculares, abdominales o repeticiones para fortalecer las piernas, entre otros.

    «Lo más positivo de estas clases es la diversidad de miembros que se unen a los ejercicios; desde adolescentes hasta personas de más de 50 años», explicó la instructora.

    A esta heterogeneidad de miembros se une la variedad canina, y es que en este club no hay perros de primera o de segunda, todos son bienvenidos por igual. Así, vemos la peculiar escena de un chihuahua tembloroso «entrenando» al lado de un husky siberiano.

    «Las sesiones siempre se adaptan a los requisitos del equipo, por lo que cada perro y su dueño, estén más o menos en forma, son bienvenidos», resumió Aramburu.

    Tal es el éxito de esta actividad líder en su sector, que en principio solo se ejercía en Brooklyn pero se amplió a Manhattan, que la fundadora de la compañía ya empezó a tramitar su propia franquicia bajo el nombre de «Go Fetch Run… To Go!» para llevarla más allá de Nueva York.

    «Nos han llamado desde otros lugares de Estados Unidos y de Europa, entre otros, por lo que creemos que es el momento de que estas actividades se puedan empezar a realizar en cualquier parte», añadió. EFE

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