Más de mil millones de personas anualmente se infectan y desarrollan enfermedades transmitidas por un vector como el mosquito, las moscas, las pulgas o caracoles de agua, y de ellas más de un millón fallecen, según alertó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es por ello que la agencia sanitaria de Naciones Unidas ha decidido dedicar el Día Mundial de la Salud, que se conmemora el próximo lunes 7 de marzo, para concienciar sobre la importancia de prevenir las enfermedades transmitidas por un vector.
El dengue, la malaria, la leishmaniasis, la enfermedad de Lyme, la schistosomiasis, o la fiebre amarilla son algunas de las enfermedades por picadas de insectos o pequeños reptiles que causan estragos anualmente y a las que está expuesta más de la mitad de la población mundial.
«Pequeña picada, gran amenaza», es el eslogan elegido por la OMS para concienciar de la importancia y la peligrosidad de unas enfermedades que se pueden evitar.
«Una agenda global que dé mayor prioridad al control de los vectores podría salvar millones de vidas y evitar mucho sufrimiento. Intervenciones simples y baratas como las mosquiteras o como rociar con insecticida el interior de las casa ya han salvado millones de vidas», afirmó Margaret Chan, directora general de la OMS, citada en un comunicado.
Las enfermedades transmitidas por un vector afectan especialmente a los países más pobres con precarias instalaciones de saneamiento y de alojamiento.
Las dolencias transmitidas por un vector han aumentado considerablemente en las últimas dos décadas a causa de la globalización y el aumento de los viajes y el comercio internacional, así como por el incremento de las temperaturas, que ha permitido la expansión de los vectores de zonas tropicales a otras áreas menos calientes del planeta.
Un ejemplo claro de este hecho es el del mosquito que transmite el dengue: hace treinta años se encontraba en nueve países solamente y ahora sobrevive en más de cien, incluidas naciones europeas. EFE