Un estudio concluye que muchas personas prefieren recibir una descarga eléctrica a estar a solas con sus pensamientos.
La mayoría de las personas no se sienten muy a gusto pensando solas, asegura un estudio llevado adelante por investigadores estadounidenses y publicado en la revista «Science». Según concluyen los investigadores de la Universidad de Virginia tras realizar una serie de experimentos, muchas personas incluso prefieren aplicarse leves descargas eléctricas antes que estar pensando en soledad, menciona el portal La Vanguardia.
Meditar sobre el pasado y el futuro e imaginar mundos inexistentes es una cualidad particularmente humana, que nos diferencia de otras especies, subrayan los investigadores. Sin embargo, continúan, hasta el momento casi no se ha estudiado si los seres humanos se entregan voluntariamente a esos pensamientos y reflexiones y si realmente lo disfrutan.
El grupo liderado por Timothy Wilson le pidió entonces a un grupo de estudiantes que permanecieran solos, pensando entre seis y 15 minutos, en un espacio cerrado y sin adornos. Luego se les preguntó cómo se habían sentido. La mayoría de ellos respondió que les resultó difícil concentrarse en algo, que iban permanentemente de una cosa a otra, y la mitad dijo no haber disfrutado la experiencia.
Los investigadores hicieron entonces el mismo experimento con un grupo al que se le permitió hacer la experiencia en sus hogares. Querían ver si el primer grupo se había visto afectado por la artificialidad de la primera situación. Pero los voluntarios de este segundo grupo también dijeron no disfrutar la experiencia de estar pensando solos en sus casas. Un tercio incluso dijo haber contrabandeado música o haber jugado con el smartphone. ¿Sería sólo un problema de los estudiantes?
Los investigadores reunieron entonces gente de entre 18 y 77 años en un mercado y en una iglesia, pero el resultado fue el mismo. Finalmente, los investigadores les ofrecieron a los voluntarios la posibilidad de hacerse pequeñas descargas eléctricas en caso de hastiarse de estar en soledad. El grupo juzgó como muy desagradable la prueba de descarga aplicada previamente.
Sin embargo, durante los 15 minutos que tuvieron luego para meditar, 12 de los 18 hombres y seis de las 24 mujeres decidieron volver a probarlo al menos una vez, aplicándose ellos mismos la descarga. Los investigadores no estableceieron hipótesis sobre las causas que hacen que sea aparentemente tan difícil estar solo con sus propios pensamientos. Otros estudios, según señalan, también han demostrado que no es fácil centrar los pensamientos en cosas agradables y quizás por eso, comentan, existe tanto interés por la meditación y por otras técnicas que ayudan a controlar mejor los pensamientos.