El mundo puede acabar con la «epidemia» de la tuberculosis si se aplica la estrategia mundial sobre la enfermedad, que incluye nuevas metas sobre prevención, atención y control de la dolencia de ahora a 2035.
Así lo advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS), a pocos días de que se celebre el Día Mundial de la Tuberculosis, el próximo 24 de marzo.
La estrategia fue adoptada el pasado mayo en la Asamblea Mundial de la Salud y tiene como objetivo último «un mundo exento de tuberculosis», es decir la erradicación de lo que la OMS define como «epidemia».
Concretamente, se pretende que en 2035 la mortalidad por tuberculosis se haya reducido un 95 por ciento y la incidencia de la enfermedad en un 90 por ciento, «o a menos de 10 casos por 100.000 habitantes».
Si se logran estos objetivos no sólo se acabará con una de las enfermedades más letales que existen sino que «se eliminarán los gastos catastróficos conexos para los hogares afectados por la tuberculosis».
Se calcula que las familias afectadas por la tuberculosis reducen sus ingresos anuales en un 50 por ciento.
De hecho, uno de los objetivos de la estrategia es acabar con «estos costes catastróficos» en los próximos cinco años, es decir, en 2020, al hacer más accesible los tratamientos y al minimizar los costes médicos.
En el 2013 se dieron 9 millones de casos de tuberculosis en el mundo, pero los sistemas de salud de los países notifican unos seis millones, por lo que otros tres millones quedan sin detectar.
Es por ello que la estrategia incide en la necesidad de acelerar el diagnóstico de los casos para multiplicar el tratamiento, y pide a los Estados que desarrollen e implementen proyectos específicos para lidiar lo más profundamente con la enfermedad.
Se estima que, desde el año 2000, 37 millones de vidas se han salvado gracias a un diagnóstico temprano y a un tratamiento efectivo.
Sin embargo, la OMS lamenta que, anualmente, se sigan perdiendo vidas de una enfermedad curable por falta de diagnóstico.
De los 9 millones de personas que padecieron la enfermedad en 2013, 1,5 millones de ellos murieron.
También hace mención específica a la tuberculosis multirresistente (MDR-TB en sus siglas en inglés), que avanza de forma sostenida y para la cual no existen medicamentos adecuados.
La estrategia pide que se mejoren los sistemas de detección para poder diagnosticar y tratar todos los casos, así como desarrollar nuevos y adecuados medicamentos.
La OMS estima que en 2013 se dieron 480.000 casos de MDR-TB, lo que representa un 3,5 por ciento de las personas que desarrollaron la enfermedad.
Concretamente, se diagnosticaron 136.000 de MDR-TB, 97.000 de los cuales pudieron acceder al tratamiento.
Estos datos revelan que otros 39.000 pacientes no fueron tratados.
Esta versión de la enfermedad es mucho más difícil de sanar, mucho más larga -dos años en lugar de seis meses- y mucho más cara.
En general, uno de los principales problemas para poder implementar efectivamente la estrategia es la falta de fondos.
La OMS estima que anualmente se necesitarían 2.000 millones de dólares más de los que se invierten en intervenciones de lucha contra la enfermedad. EFE