Nutrición para mamás estresadas

  • El trabajo, los quehaceres del hogar y las responsabilidades con los niños provocan estrés en las madres. Para empezar el día con energía, la clave está en la alimentación.

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    El estrés aparece cuando la persona realiza muchas actividades que exceden las posibilidades de su cuerpo. Uno de los errores comunes que se comente es descuidar la alimentación, fundamental antes de empezar el día.

    El consumo de nutrientes ayuda a combatir la fatiga, irritabilidad, ansiedad, problemas digestivos y tensión muscular. Aumenta la capacidad para enfrentar el estrés y disminuye su impacto en el organismo, según publica Mujer y Punto.

    Si sos madre, el estrés aumenta debido a la presión de los quehaceres diarios combinados con el trabajo.

    Cuatro consejos de nutrición para enfrentar el estrés:

    1. Desayunar: Es la primera fuente de energía y nutrientes para el cuerpo, no te excuses para no hacerlo. El alimento más importante del día es imprescindible, tanto para la madre como para los hijos. Desayunar es tu primera obligación, si no tenés tiempo, levántate unos minutos antes, comé frutas, pan o cereales integrales, leche o yogur.

    Además, está demostrado que si desayunás bien mejorás tu rendimiento físico e intelectual, reducís la fatiga durante el día, disminuís el riesgo de sobrepeso, asegurás un buen estado de ánimo, evitás el nerviosismo e irritabilidad, aumentás la concentración y la memoria.

    2. No abusar del café: no es recomendable abusar del café aunque se sabe que es un estimulante del sistema nervioso.

    Una o dos tazas de café al día pueden ayudar a reducir la fatiga y mantener la concentración en las tareas, pero tres o más tiene efectos contraproducentes.

    Cada cuerpo es diferente por lo tanto el café puede causar efectos secundarios como: dolor de cabeza, ansiedad, dificultad para conciliar el sueño e irritabilidad. Además, las bebidas con cafeína aumentan la producción de orina, favoreciendo la deshidratación, por esta razón no abuses de ello. Sustituí el café tradicional por la versión descafeinada o infusiones de hierbas frías o calientes. Es una buena decisión para mejorar la alimentación.

    3. Beber abundante agua: la deshidratación influye en la capacidad de atención, la coordinación y memoria. Tomá agua, jugos, infusiones o caldo de verduras. Es importante que consideres beber un vaso con agua al levantarte por las mañanas a modo de comenzar bien hidratada y, al menos, un litro y medio de agua entre tus actividades durante el día.

    4. No abuses del azúcar: el consumo de alimentos con alto contenido de azúcar provoca mayor fatiga, apetito y estrés. No recurras a los dulces, chocolates, postres y golosinas porque al descender, al cabo de unas horas, el nivel de azúcar en sangre se produce una descarga de“hormonas del estrés” como el cortisol.

    Es recomendable optar por edulcorantes naturales para tus alimentos y bebidas. Calmá la necesidad de dulces con frutas frescas o deshidratadas o cereales integrales con yogur.

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