Las mujeres sedentarias, aquellas que no realizan ningún tipo de actividad física en su tiempo libre, tienen casi el doble de riesgo de padecer cáncer de mama frente a aquellas que practican ejercicio de forma regular, tanto moderado como vigoroso.
Esta es la principal conclusión de un trabajo que forma parte del estudio epidemiológico Epi-Geicam, puesto en marcha por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), y que analiza los distintos factores de riesgo ante el cáncer de mama, como los estilos de vida, condiciones reproductivas o variantes genéticas.
El trabajo sobre el ejercicio físico como barrera frente al cáncer de mama fue presentado en el XV Congreso de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), celebrado recientemente en Madrid, a cargo de la epidemióloga Marina Pollán, del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III.
La muestra consistió en 1.017 mujeres recién diagnosticadas de cáncer de mama en 23 hospitales españoles, emparejadas por edad y región de residencia con otras 1.017 mujeres sanas.
Un total de 703 parejas completaron un exhaustivo cuestionario sobre la práctica de ejercicio físico en el tiempo libre.
Cada una de las distintas actividades deportivas tuvo su equivalencia en gasto calórico al mes y se calculó el gasto de energía basal (la que utilizamos para hacer funcionar el organismo y que se mide en MET, unidad de medida de índice metabólico) y el gasto energético en actividades moderadas (entre 3 y 5,9 MET) y vigorosas (por encima de 6 MET).
Incidencia en el subtipo de cáncer de mama
Se evaluó el grado de adherencia a las recomendaciones internacionales, como las del Instituto Americano de Investigación del Cáncer: andar a paso ligero al menos 30 minutos al día y su asociación con el cáncer de mama, tanto global, como estado menstrual y subtipo patológico.
Así, se clasificó a las mujeres en sedentarias, aquellas que no hacen ningún tipo de ejercicio; en activas con una media de menos de 30 minutos de ejercicio al día; y activas que practican 30 o más minutos de actividad física diaria, explica Marina Pollán a EFEsalud.
“Lo que observamos -señala la epidemióloga- es que las mujeres sedentarias tienen un riesgo de 1,7 veces de padecer cáncer de mama, casi el doble, que aquellas que superan los 30 minutos de ejercicio físico al día, mientras que aquellas que hacen menos de 30 minutos al día se quedan en un grado intermedio de riesgo”.
También se han valorado los hábitos de actividad física que practicaban antes del diagnóstico y se han tenido en cuenta los tres subtipos de cáncer de mama (hormonal, HER2 y triple negativo). “Hemos encontrado una reducción del riesgo muy similar para los tres tipos, un 5% por cada 6 METs de ejercicio”, apunta la experta.
Igualmente se comprobó que el efecto protector del ejercicio físico contra el cáncer de mama no diferenciaba especialmente a las mujeres en estado premenopáusico y menopáusico.
La conclusión de este estudio refleja que los beneficios del ejercicio físico se aprecian en todos los subtipos patológicos de cáncer de mama justificando la necesidad de insistir en las recomendaciones de ejercicio físico (al menos andar 30 minutos al día) ya que las mujeres inactivas tienen 1,7 veces más riesgo de padecer este cáncer que las activas. EFE