Mamá, he vuelto a mojar las sábanas

  • Esta es la historia de un grupo de niños que cada noche se hacían pis en la cama y, de repente, un día, sin saber el porqué, dijeron adiós a este problema para siempre. De una forma muy parecida comienza el libro “¿Qué hacer para que mi hijo no se haga pis en la cama?”. Un manual que recoge los consejos de un experto que conoce en profundidad la enuresis.

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    Aunque a muchos padres les cueste creerlo, sus hijos, no son culpables de los escapes nocturnos, “no lo hacen por llamar la atención”. La solución de estos niños que sufren en silencio durante años puede encontrarse en un tratamiento adaptado a su problema.

    Es en esta afirmación en la que insiste el urólogo del Instituto Urológico Madrileño Juan Carlos Ruíz de la Roja junto a la gerente de este centro, Yolanda Zaragoza, en el libro ¿Qué hacer para que mi hijo no se haga pis en la cama?

    Los síntomas

    Si los papás aún no han conseguido retirar el pañal a su hijo con dos años, todavía no es motivo de preocupación.

    El doctor Ruíz de la Roja detalla a EFEsalud los principales síntomas que realmente podrían llegar a confirmar que un niño tiene enuresis:

    • El niño tiene más de cinco años.
    • Se orina de forma involuntaria.
    • El escape se produce durante el sueño (puede ser tanto por la noche como durante la siesta).
    • Suele producirse al menos entre dos y cuatro días a lo largo de un mes.
    • Esta situación se da mínimo durante tres meses consecutivos.

    Si ocurren estas cinco características hay que llevar al pequeño al médico cuanto antes porque a pesar de que la enuresis, antes o después siempre acaba cesando por sí sola, hay veces que las consecuencias son más graves.

    “He llegado a tratar a chicos que se siguen orinando con veintitantos” y esto se debe a que “no han sido diagnosticados de pequeños y no han recibido ningún tratamiento para frenarlo”, explica el urólogo.

    Los niños no tienen la culpa

    El 90% de los casos de enuresis que se analizan cada día en las consultas médicas vienen derivados de factores físicos o genéticos y tan sólo el 10% restante se debe a causas de tipo psicológico.

    Además, los niños tienen muchas más posibilidades de ser enuréticos que las niñas porque su vejiga madura más lentamente.

    Los que nacieron prematuramente tienen todavía más posibilidades de serlo.

    Según Ruíz de la Roja, de forma general, hay cinco grupos de niños que pueden ser más vulnerables a padecerla:

    -Diabéticos: Al tener elevado el azúcar en la sangre comienzan a tener mucha hambre y la producción de orina es más alta.
    -Niños con TDAH.
    -Niños con amigdalas muy grandes: Respiran peor y esto favorece a que haya una alteración de una hormona que termina repercutiendo en mayor producción de orina por la noche.
    -Vejiga inmadura.
    -Malformación del aparato urinario.

    Consejos para los padres

    Yolanda Zaragoza recopila las anécdotas que el propio doctor vive en su consulta y también añade curiosidades sobre la enuresis a través de diferentes culturas y etapas de la historia.

    Un apartado llamativo del libro es el referente a los castigos que los padres hacen a los niños porque muchos siguen pensando, a día de hoy, que se hace pis en la cama para llamar la atención.

    Uno de los más comunes es obligar al pequeño a ir con pañales a clase para que se sientan avergonzados.

    Sobre este aspecto, Ruíz de la Roja aconseja que no castiguen así a su hijo y que le lleven al médico para que le diagnostique, que eviten darle bebidas con cafeína porque aumentan la producción de orina y no le levanten continuamente durante la noche porque al final eso repercute en el descanso del niño y acaba orinándose igualmente.

    Un consejo es que controlen el líquido de los niños a lo largo de la tarde e intenten que antes de acostarse vacíen totalmente la vejiga.

    El urólogo subraya que los padres “tienen que estar tranquilos, que no se obsesionen y que intenten identificar al miembro familiar que ya lo padeció para darse cuenta de que se trata de un tema hereditario”.

    Según matiza, “lo que no se puede hacer es mantener a un niño con pañales hasta edades en las que no tiene ningún sentido cuando hay tratamientos que pueden resolver el problema”.

    El 90% de los tratamientos que solucionan la enuresis son farmacológicos y en mínimas ocasiones necesitan ayuda psicológica. EFE

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