Latinoamérica necesita tener una visión global de la lucha contra el tabaquismo, en la que participen y se comprometan todos los miembros del gobierno como única solución efectiva para contrarrestar la interferencia de la industria.
Así lo enfatizó en una entrevista con Efe Vera Luiza da Costa e Silva, jefa del secretariado del Convenio Marco de la Organización Mundial de laSalud (OMS) para el Control del Tabaco, que mañana conmemora diez años.
«El problema de la lucha contra el tabaquismo en Latinoamérica es que este combate lo asume sólo el ministerio de Salud. Y es necesario que el resto de ministerios, el de Industria, el de Comercio, el de Economía, etc, todos vean la importancia crucial de contrarrestar el tabaquismo», afirmó Da Costa.
De acuerdo a cifras de la OMS, 6 millones de personas mueren cada año en el mundo por causas relacionadas de manera directa con el consumo de tabaco, 1 millón de ellas en América.
Según la experta, la prueba de que su afirmación es cierta es Brasil, su país de origen, que ha logrado contrarrestar la epidemia sin perder ningún beneficio económico.
«El éxito de Brasil se debe a que ya hace muchos años se asumió que la lucha contra el tabaco era una prioridad nacional, en la que todos los ministerios de comprometieron, y el resultado está ahí».
Brasil decidió aplicar con contundencia una de las principales recomendaciones de la OMS, aumentar los impuestos al tabaco, por lo que el precio medio de los cigarrillos se incrementó más del doble de 2006 a 2013 y, como resultado, las ventas cayeron de 5.600 millones de paquetes a 3.800 millones.
En el mismo periodo, el número de fumadores disminuyó de 21,4 millones a 17,1 millones, y los ingresos aumentaron de 3.500 millones de reales (1.071 millones de euros al cambio de hoy) a 5.100 millones de reales (1.561 millones de euros).
Da Silva recordó que la subida de impuestos no implica incremento del contrabando, tampoco disminuye los ingresos porque la caída de la ventas es menor que lo obtenido por el aumento del precio, ni reduce la actividad económica porque lo gastado previamente en tabaco se invierte en otro ámbito de la economía.
«Brasil, es junto a Chile, Panamá y Uruguay, uno de los cuatro países de América Latina que más han implementado las recomendaciones de la OMS para luchar efectivamente contra el tabaco».
Brasil, primer productor mundial de tabaco, además es el ejemplo de que la lucha contra el tabaquismo se puede aplicar sin que vaya en detrimento de los productores de tabaco, como alegan otros países, «dado que no sólo la producción no cayó, sino que se incrementó», recordó la experta.
Da Costa se refería a la disputa abierta en la Organización Mundial de Comercio (OMC) por la República Dominicana, y apoyada entre otros por Cuba contra Australia y otros países que han introducido medidas contra el tabaco que pasan por cubrir todo el paquete con advertencias sanitarias.
«La República Dominicana y los otros aún no se han dado cuenta que hay que primar la salud pública por encima de los intereses económicos y que para ello no deben dejar que la industria interfiera».
En el otro lado del éxito de Brasil, se encuentra Uruguay, que si bien es pionero en la lucha contra el tabaquismo, enfrenta una demanda millonaria de la tabacalera Philip Morris.
La empresa presentó en febrero de 2010 un reclamo contra el Estado uruguayo con el argumento de que medidas sanitarias aprobadas durante el primer Gobierno del presidente Tabare Vázquez (2005-2010) violan sus derechos comerciales en base a un acuerdo de inversiones entre Uruguay y Suiza, donde la tabacalera tiene su sede.
Vázquez inició en su Administración una lucha contra el consumo de tabaco que incluyó una normativa para que las advertencias sanitarias ocupasen el 80 % de las superficies de los paquetes de cigarrillos y además prohibió la promoción de productos como «suaves» o similares.
También se prohibió el consumo de cigarrillos en oficinas, bares, restaurantes y lugares cerrados.
Según un estudio privado, entre 2005 y 2011 el consumo de tabaco en Uruguay disminuyó un 23 %.
«Los países de América Latina debería ser muy conscientes al negociar sus acuerdos comerciales e incluir siempre salvaguardas de salud«, dijo.
Además de la interferencia de la industria, Da Costa mencionó como un escollo las pocas políticas públicas en algunos países de América, la ausencia a nivel nacional de una coordinación efectiva entre instituciones involucradas en el tema, y la falta de comunicación entre los sectores gubernamentales y sociedad civil.
La OMS considera que, si no se actúa con prontitud y eficacia, para 2030 unas ocho millones de personas morirán anualmente por el consumo de tabaco, el 80 % de ellas en países de ingresos bajos y medios.
El tabaco causó 100 millones de muertes en el siglo XX, y la OMS estima que si la actual tendencia continúa, provocará mil millones de muertes en el siglo XXI. EFE