Embarazo psicológico, lo que hay que saber

  • Ser madre es uno de los mayores deseos de muchas mujeres. Pero lo que no se sabe tanto es que existe una minoría que sufre embarazo psicológico. ¿Qué es? ¿Cómo tratarlo? ¿Puede ocurrir en hombres?

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    A veces, la imaginación nos juega malas pasadas. Sin embargo, existe un caso muy particular que va más allá de la fantasía. En ocasiones, el deseo de ser madre asola el subconsciente y aparecen los síntomas más característicos de un embarazo. Es cierto que no ocurre muy a menudo en las consultas, pero se trata de una realidad que está ahí.

    EFEsalud profundiza en esta cuestión con dos expertos: José María Lailla Vicens, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), y Diana Sánchez, presidenta de la Asociación Española de Psicología Perinatal (AEPP).

    El poder de la mente nos sorprende una vez más y llega al vientre materno. Pseudociesis es su nombre técnico (‘pseudes’ falso y ‘cesis’ gestación), pero todos lo conocemos como embarazo psicológico.

    ¡Estoy embarazada!

    “El embarazo psicológico es la creencia de que se está embarazada, pero realmente no hay feto”, explica Diana Sánchez. Se trata de aquellos casos poco frecuentes en los que una mujer presenta todos los síntomas de un embarazo real.

    “No hay estadísticas fiables, sin embargo, los datos registran que se dan con una frecuencia de 1 por 30.000 embarazos”, apunta el doctor Lailla.

    La sintomatología que se presenta es similar a la de un periodo de gestación:

    • Amenorrea o ausencia de la menstruación
    • Aumento del tamaño del abdomen
    • Pechos más turgentes y producción de flujo lácteo
    • Desarrollo del sentido del olfato
    • Ansiedad y antojos a la hora de comer
    • Síntomas digestivos: náuseas y vómitos

    A simple vista, por lo que una gestación de este tipo se diferencia de un embarazo real es por el ombligo. “Cuando existe realmente un embarazo, se ve que el ombligo está hacia afuera por la presión; sin embargo, no ocurre eso al contrario. Por supuesto, el segundo paso para comprobar que no existe feto es realizar una ecografía”, advierte Diana Sánchez. Asimismo, hay que decir que en un embarazo psicológico no se producen cambios hormonales.

    ¿Por qué a mí?

    A veces, el deseo de que algo se cumpla nos lleva a casos extremos en los que nos vemos envueltos en una “mentira muy real”. En el caso de las mujeres que sufren este trastorno, su mente se tiñe de felicidad, su vientre se llena de patadas imaginarias y viven en una nube de fantasía.

    Esta gestación se produce en tres tipos de mujeres, aunque todas ellas cuentan con un problema psicológico de base, como son aquellas con un gran componente de ansiedad y angustia. Según asevera el ginecólogo, las causas por las que aparece un “supuesto embarazo” en la vida de estas mujeres son:

    → Deseo enorme de tener hijos. “Estas mujeres no consiguen quedarse embarazadas y camuflan su ansia con una gestación fantasma”, dice el experto.

    → Miedo muy grande a quedarse embarazada. Hay casos en los que existe una aprensión a que crezca un nuevo ser en el vientre. “Puede ocurrir que, después de haber tenido relaciones sexuales sin protección de ningún tipo, la mujer tenga la obsesión de que se ha quedado embarazada”, apunta la psicóloga.

    → Llamar la atención en un entorno en el que se valora mucho la maternidad.

    Consulta con el ginecólogo: la prueba de fuego

    “Cuando te enfrentás a esta problemática como médico, en una primera consulta con la paciente, la realidad de un embarazo es tan evidente que hay que asegurarse muy bien de que se esté ante una gestación psicológica, ya que llegan a hacerte dudar”, añade Lailla.

    Hoy en día,  el diagnóstico es más sencillo gracias a los test de embarazo convencionales que se venden en las farmacias. Sin embargo, según recomienda el ginecólogo, la “embarazada” debe hacerse la prueba delante del médico.

    El siguiente paso es la ecografía. “Todo ello debe realizarse de forma que ella vea muy claro que no hay feto, además de aconsejarse que su pareja esté presente en todo momento, pues será más fácil convencerla y averiguar cuál es el problema que hay detrás de todo el ´teatro´”, remarca el médico. Después de la fase de pruebas y aceptación, será necesario que se ponga en manos de un especialista en psicología.

    “No se debe enviar a la paciente desde el principio al psicólogo, ya que considerará que ha sido vista como afectada de un trastorno mental y se encerrará más en sí misma”, subraya el experto en ginecología y obstetricia.

    El doctor Lailla asegura que trató un caso en el que, después de salir de un trastorno de este tipo, la paciente se quedó embarazada de verdad y tenía miedo a que no se le tomara en serio. “Esta mujer pasó los nueve meses de gestación sin manifestar ningún síntoma y en cada visita me pedía que le asegurase que se encontraba realmente embarazada”, recuerda.

    Tratamiento

    Como sugiere la experta en psicología, el tratamiento que se le debe hacer a la paciente que sufre este trastorno ha de ser delicado y profundo, ya que puede ser el inicio de un cuadro psicótico grave.

    “Habría que ver lo que hay detrás, qué deseo hay, qué pensamientos tiene, porque quizás, aunque tenga pruebas reales de que no es un embarazo, ella lo siga pensando. Hay veces que se les dice que no están embarazadas y creen que han tenido un aborto. De hecho, pueden llegar a tener alucinaciones”, comenta.

    ¿Un hombre embarazado?

    En cuanto al sexo masculino, es cierto que, según ambos expertos, hay varios casos descritos; sin embargo, lo más frecuente es que ellos se mimeticen con la situación de su pareja.

    Existen ocasiones en las que el hombre, coincidiendo con el embarazo de la mujer, y más cuando este es muy deseado, participa y copia exactamente toda la sintomatología. “Si una tiene náuseas, el otro también; si una vomita, el otro va detrás; si una gana peso, el hombre también. Y así hasta que ella da a luz”, observa el presidente de la SEGO.

    “Se trata de un problema de mimetismo que los psicólogos consideran como algo muy propio de hombres con graves trastornos de la personalidad que necesitan copiar de otros para reafirmar su posicionamiento”, concluye el doctor Lailla. EFE/Paz Olivares

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