En la Semana de Sensibilización de la Sal, la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Salud brindan informaciones sobre la importancia de la reducción del consumo de sal.
La sal es necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, pero consumida en exceso puede convertirse en una de las principales causas de la hipertensión arterial, dificultando así el trabajo del corazón y los riñones.
Con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia de reducir el consumo de sal para la prevención de las enfermedades cardiovasculares y otras no transmisibles, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, a través de la Dirección de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles realizará una serie de actividades de concienciación como parte de la “Semana Mundial por la Sensibilización sobre el consumo de Sal” del 29 de febrero al 6 de marzo.
Este año el tema será “La sal oculta”, teniendo en cuenta que la ingesta de sal/sodio en la alimentación proviene no solamente de la sal de mesa, sino también de una cantidad de alimentos procesados y ultraprocesados, incluso de algunos que no necesariamente tienen un sabor salado, y que cada vez forman un componente más importante de nuestra alimentación cotidiana.
Riesgos de consumir sal en exceso:
– Dificulta la función de los riñones, disminuye la filtración potenciando la hipertensión.
– Es la principal causa del ictus, (accidente cerebrovascular), propiciando las hemorragias cerebrales.
– Causa insuficiencia cardiaca e infartos
– Empeora los síntomas del asma
– Favorece la obesidad
– Disminuye la cantidad de calcio
Cómo disminuir la ingesta de sal
– Sazonar con especias, hierbas aromáticas o limón
– Cocinando los alimentos al vapor
– Utilizar la sal marina
– Consuma con frecuencia alimentos frescos, en lugar de alimentos precocinados
– Enjuagar con agua las conservas de legumbres y verduras antes de usarla
– No agregar sal a los alimentos infantiles preparados
– La Organización Panamericana de la Salud (OPS) insta a los consumidores a observar con detenimiento y elegir la mejor opción con menos sal, revisando las etiquetas de los productos. La sal de mesa (cloruro sódico) está compuesta apróximadamente por un 40% de sodio y un 60% de cloro. En el etiquetado de los productos envasados viene expresada como sodio. Para saber la sal que contienen dichos productos solo hay que multiplicar la cantidad de sodio por 2,5.