- agosto 17, 2015
Una alimentación sana tal vez sea la clave para llegar bien a la vejez. Así lo demuestra Liberata Cabrera de Presentado, quien con una lúcidez envidiable charló con Ella relatando sus vivencias como adolescente durante la Guerra del Chaco y cuál es su rutina diaria para llevar una vida sana.
Llegar a la vejez con las capacidades cognitivas intactas es uno de los principales objetivos de las personas, por lo que la mayoría buscan mantener la «lucidez» para seguir razonando y expresando lo que se piensa de manera adecuada.
El hogar está de fiesta: Liberata cumplió sus 101 años de edad y para la ocasión los tonos elegidos fueron el azul y blanco, expresando su agrado hacia uno de los partidos políticos más antiguos del país, el Partido Liberal.
La torta, dulces, decoración, musicalización y ambientación fueron pensados en ella, en sus gustos. A la recepción llegaron familiares, amigos y vecinos de la zona, ya que doña Liberata es una de las pobladoras más antiguas de la zona y muy querida por los mismos.
«Avy’aiterei peju haguere«, así recibía la agasajada con voz bajita y pausada en el dulce idioma guaraní a cada invitado a la fiesta. Con sus brazos de par en par como recibiendo con júbilo la fiesta que le prepararon en el hogar agradecía a todos por su presencia.
Éste es el relato de Celia Liberata Cabrera Negri, quien hace vida en la ciudad de San Lorenzo y deja de lado los mitos que giran en torno a la edad, demostrando que la gente mayor es un pozo de sabiduría esperando ser explorado.
En sus ojos se reflejan dulzura, la misma que ha regalado a sus seres queridos durante más de un centenario y una sonrisa sincera que emociona y llena el alma.
Recuerdos de antaño
Hija de Paulo Cabrera y Juana Negri, doña Liberata nació en Pirayú el 17 de agosto de 1914. La cumpleañera es descendiente de inmigrantes italianos que llegaron a Paraguay . «Che ndajerokyi. Ore ru ndoroguerahai vaera nunca jerokyhápe, upea ndahaéi icostumbre«, contaba doña Liberata.
Alega que desconoce el secreto de llegar sana hasta esta edad y que su alimentación siempre fue cuidada por su madre. «Che sy ojapo ara ha ara mazamorra kambyre, tera eiretere, ndofaltai voi oreve«, recuerda.
Celia Liberata era adolescente cuando ayudaba a su madre en la cocina y a la vez transportaba la comida junto con otras primas a los ex combatientes de la Guerra del Chaco.
Ese trabajo que realizaba debía hacerlo con prontitud y sin perder tiempo por el riesgo que representaba para ella y sus primas en aquel entonces.
Madre, abuela y bisabuela incansable
La vida de doña Liberata gira en torno a sus 7 hijos, (uno de los cuales falleció), 14 nietos y 15 bisnietos quienes siempre están al pendiente de ella. Modista de profesión, la agasajada contó que ella vestía a sus hijos con las creaciones que realizaba, producto de su ingenio y creatividad.
La rutina diaria de esta mujer comienza a las 5:00 de la mañana con un buen mate, seguido de un desayuno que incluyen cocido con leche, panificados, maní, entre otros y para la media mañana por lo general opta por frutas como manzanas y bananas. El almuerzo lo realiza casi religiosamente a las 11:30 con comidas como el vorí vorí, sopa de verduras, sopa paraguaya, mandioca, y abundante ensalada acompañada de un vaso de jugo o muy poca gaseosa para luego tomar un descanso.
La merienda la realiza con sus hijas Maria y Gladys, docentes jubiladas quienes viven con ella en la casa y son las encargadas de brindarle la especial atención que se merece esta mujer centenaria. Los rincones del hogar aún son transitados por doña Liberata quien se maneja sola con muy poca ayuda, pero quien hasta hoy en día asiste a todos los acontecimientos familiares que se presenten fuera de la casa.
Cuando su querido Club Olimpia disputa algún partido, doña Liberata siempre está frente al televisor para seguir paso a paso el encuentro futbolístico.
«Tantas cosas que nos ha enseñado en la vida, a ser honrados, trabajadores, responsables en nuestro trabajo», comentaba Florentina, otra de sus hijas.
Con la vida agitada que llevamos, cada día sufrimos de más estrés y muchas otras enfermedades más. Doña Liberata al parecer sabe cómo sobrellevar los embates de la vida con su buen humor, sabiduría, una buena alimentación y alejada de los vicios.
¡Qué sean muchos años más doña Liberata!