- octubre 22, 2014
Mujeres privadas de libertad muestran las maravillas de sus diseños dentro del penal. Las puertas del Buen Pastor se abrieron para Ella. Rostros cansados pero con una energía que contagia, las internas no esconden las ganas de salir adelante dentro del encierro.
Vivian Urbieta
vurbieta@sd.com.py
La diseñadora Graciela Villalba Alfonso, exinterna del Buen Pastor recibe a Ella para hablar del gran proyecto desarrollado con Lucia Sandoval y María Elizabeth Olmedo, una mujer que aguarda su juicio dentro del penal de mujeres.
Con una sonrisa que le ilumina el rostro, Graciela destaca el éxito del desfile “Kuña Katupyry” (Mujer Emprendedora) que marcó la inauguración del stand de ventas de los diseños de alta costura, confeccionados por sus compañeras y otras internas.
El puesto permanente, ubicado en el salón “Turista Róga” de la Senatur sobre Palma 468 casi Alberdi, recibe pedidos del público en general. “La gente confía en nuestro trabajo. Incluso varias empresas ya se han puesto en contacto con nosotras para contratar el servicio”, revela emocionada.
La iniciativa se concreta en el marco del proyecto de reinserción de las internas y cuenta con la colaboración del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA), la Cruz Roja Paraguaya y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). La capacitación de las costureras está a cargo de Ministerio de Justicia, del Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) y el Instituto Paraguayo de Artesanía.
Graciela y Lucía, además de ser «eje» del emprendimiento “Kuña Katypyry y”, desarrollarán -antes de fin de año- un trabajo que permitirá aprovechar el tinglado con las costureras del Buen Pastor. «Queremos aprovechar el tinglado y las máquinas de coser que el Ministerio de Justicia nos proporciona, que además nos ayudan con las capacitaciones gratuitas a todas las internas”, dice Graciela.
El salario de las costureras, dentro del penal, se establecerá por producción. “Ganarán su dinero de acuerdo a lo que producen. La que se esfuerza más, gana más”, explica. “En un principio trabajarán un grupo de 30 mujeres permanentes y después se irán incorporando al plantel laboral las que recibirán capacitación por parte del SNPP y el ministerio”, añade.
“Confeccionamos todo lo que el cliente pide”
El trabajo de las mujeres privadas de libertad es admirable. “Si hay algo del que podemos maravillarnos dentro del Buen Pastor es el esfuerzo y las ganas que le ponen las chicas”, comenta Graciela.
Si bien, hay un pequeño porcentaje de personas a las que se le debe «conducir a trabajar y hacer bien las cosas», el 95 por ciento son personas buenas, luchadoras y emprendedoras, coinciden todas.
El Buen Pastor tiene dos sitios de confección: un gran tinglado con más de 42 máquinas de coser y las “overlook” (máquinas que hacen la terminación de las prendas de Alta Costura y de sport), y una segunda sala acondicionada para los vestidos de Alta Costura.
Allí, se encuentran vestidos con detalles de ñanduti y ao po´i, zapatillas bordadas, termos forrados y blusas de crochet.
Graciela está feliz porque de alguna manera deja un legado en el que fue su hogar durante cinco años. No oculta su satisfacción por este emprendimiento, que además de plenitud personal, dará trabajo a sus compañeras.
“Al tinglado del penal vamos a traer todo lo el cliente encarga en el Atelier. Allí recibiremos toda clase de pedidos. Desde sencillas camisitas para oficinas hasta los más sofisticados vestidos para fiestas y vestidos para novia. Uniformes para hospitales, empresas y colegios. Además, remeras, polleras y pantalones”, cuenta.
Las diseñadoras consiguen los materiales en tiendas locales, aunque no descartan importar de países vecinos. “Todas las telas que traemos son las que se puedan bordar. Es decir en las que mejor luzcan los detalles de ñanduti y ao po´i”, dice.
Las mujeres privadas de libertad eligieron el rubro «costura» para dar realce a las artesanías de nuestro país. “Queremos que nuestros diseños tengan este estilo único de Paraguay”, comenta.
Se insta a la ciudadanía a apoyar la reinserción de las internas, así como el trabajo de las que ya están en libertad. Los pedidos se pueden hacer tanto en la portería del penal del Buen Pastor (Choferes del Chaco y Mariscal López), como a los siguiente números 0982 442835/ 450-456 (con la señora Graciela).