- agosto 22, 2014
El sueño que abrazaba desde pequeña, se convirtió en realidad. Sabrina Sandoval abre las puertas de su taller de mueblería fina y cuenta a Ella sobre sus próximos proyectos. “Diseño espacios, no muebles estandarizados”, aclara.
Por Vivian Urbieta
vurbieta@sd.com.py
Sabrina Sandoval tiene 22 años y encabeza un emprendimiento que empezó su padre hace más de 25 años. “Él convertía y, hasta ahora, convierte la madera en arte. Cuando era pequeña me pasaba mirando cómo hacía. Tocaba todas las herramientas ”, recuerda.
Cuenta que desde pequeña le apasiona el mundo de los muebles, y siempre pensó en dedicarse por completo al trabajo que su familia emprende. “Somos cinco en el taller, mi padre, un tío, el que se encarga de llevar y traer los materiales a la obra, mi novio y yo”, dice en una entrevista concedida a Ella.
“Alta Moble» es un sueño hecho realidad. Sabrina dice que veía trabajar a su papá en la carpintería de su casa en Lambaré, y ya sabía lo que quería: una mueblería. Los pedidos, en ese entonces, se recibían en el taller. En la actualidad es por recomendación e Internet. “Gracias al apoyo de Facebook e Instagram se llega más a la gente”, expresa.
Con el tiempo, no fue precisamente a lo que se dedicó sino que a ofrecer diseños para completar los espacios dentro del hogar. El estilo de los muebles es moderno, sofisticado y elegante. Diseñan y fabrican repisas, placard, mesas, cunas, escritorios y gavetas. Además, las decoraciones de interiores, y amoblamientos exclusivos. “Para nosotros no hay nada imposible”, asegura.
Siempre supo la carrera universitaria que seguiría y el rubro al que se abocaría: el marketing. Ahora con su novio, dedicado al “diseño de interiores”, complementa el valioso conocimiento empírico de su papá. “Lo que busco es complementar la necesidad que tiene el cliente y salir del común de los muebles que la gente maneja”, señala convencida.
Con la ayuda de varios profesores, tanto de la universidad como la del colegio, se animó a crear una fan page para dar a conocer los trabajos de “Alta Moble”. “Cuando en clase pedían un ejemplo de empresa, yo siempre proponía una mueblería. Investigaba y mezclaba lo que era la experiencia de mi padre con la enseñanza de mis profesores”, cuenta.
“Vendemos espacios, no muebles estandarizados”
Sabrina explica que “Alta Moble” fabrica muebles previamente diseñados y de melamina. Diseña en base al espacio que tiene el cliente en casa. “Hacemos que el cliente salga de lo común. Completamos ese espacio que hay en el hogar. Nuestro trabajo es captar la idea de la persona que nos contrata”, expresa.
La primera visita junto al cliente consiste en levantar las medidas y plasmar el diseño en papel. “Si es sencillo hacemos allí mismo, y si es sofisticado, tenemos una diseñadora gráfica que dibuja el modelo en 3D”, prosigue. La forma de pago es del 50 por ciento del monto total del pedido bajo contrato, que manejan ambas partes, según Sabrina. “Al entregar cobramos la parte final, con garantía de tres años”, continúa.
A su corta edad, estuvo al frente de grandes obras. “Nos encargamos de amoblar dos habitaciones de un conocido concejal de Lambaré. Empezamos con placares. Fue una responsabilidad enorme. Pero nuestro trabajo le encantó a los dueños”, recuerda orgullosa.
El éxito de “Alta Moble” no paró, continuó con el amoblamiento de una oficina y una boutique de la misma familia que la contrató. Fue invitada junto a su novio a la inauguración de la casa de ropas que montaron, que le sirvió para abrirse camino a más clientes. “Era un reto muy grande. Para la obra en la boutique nos entregaron un salón en blanco. Y trabajamos sobre él. Desde ese día los pedidos no paran”, revela. “La exigencia nos motiva a hacer las mejores cosas. Los clientes nos encargan el diseño y la instalación completa”, agrega.
“Queremos crecer para dar trabajo a mucha gente”
El sueño de abrir una mueblería, y generar fuente de trabajo a personas del país, siempre tiene presente. “Es un emprendimiento familiar que a la larga va a crecer. Le digo a mi mamá, alguna vez vamos a tener un local y le vamos a dar trabajo a muchos paraguayos”, confía.
En ocasiones el pedido baja, pero la motivación que saca a flote a “Alta Moble” es el trabajo que solicita algún cliente por recomendación. “Es el mejor marketing”, cuenta entre risas. La joven emprendedora apunta a trabajar en conjunto con arquitectos y profesionales del ámbito de los muebles.
Sabrina llama a las mujeres a emprender sus sueños, asegura que “todas por naturaleza tienen creatividad, y que lo único que se debe hacer es explotarla». «Podemos hacer las cosas que no nos animamos, a mi también me costo lanzarme”, dice emocionada.
“Me vuelco en la creatividad, que si podemos. Desde pequeña supe lo que es el sacrificio, porque veía a mi papá sudar por un trabajo, y eso valoro. Todo es posible. Las mujeres podemos emprender, ser cabeza y dejar una huella que el día de mañana tus hijos puedan decir si se puede”, concluye.